Un año más, la familia Grimaldi se ha reunido al completo para conmemorar el Día Nacional de Mónaco, cuya celebración ha comenzado con la tradicional misa en la Catedral. Como en cada acto al que asiste, Carlota Casiraghi ha generado gran expectación, al igual que su estilismo, que no ha defraudado a nadie. Esta cita siempre supone un despliegue de elegancia atemporal e inspiración invernal, y la hija de Carolina de Mónaco ha vuelto a brillar de la mano de su firma preferida, Chanel, con la que, al igual que su madre, tiene una relación muy especial.
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Aunque lo habitual en esta cita es ver looks muy calentitos, en esta ocasión las temperaturas han dado una tregua y tanto Carolina como Carlota han prescindido de abrigo (y parece que también de medias). De esta forma, hemos podido apreciar a la perfección sus conjuntos. Madre e hija han coincidido con trajes de chaqueta y falda de la firma francesa, pero se han decantado por opciones muy diferentes.
Mientras que la hermana de Alberto de Mónaco ha elegido un dos piezas de tweed negro decorado con lentejuelas, su hija lo ha apostado todo al rojo, uno de los colores de la jornada, que también han llevado la princesa Charlene y Beatrice Borromeo. No es raro que varias de las mujeres de la familia hayan coincidido con esta tonalidad, puesto que, al fin y al cabo, es la más representativa del país.
La reinvención de un look atemporal
Como decimos, Carlota ha lucido un traje de chaqueta, pero que difiere tanto del de su madre como de los clásicos conjuntos de tweed de Chanel que le hemos visto a ella en anteriores ocasiones. Este tiene un punto más juvenil y es, quizás, más fácil de volver a llevar en una ocasión más relajada tanto en conjunto como por separado. Está compuesto por una chaqueta de escote en pico, una prenda con botones dorados -detalle que siempre aporta una dosis extra de sofisticación- a la que ha sumado un cinturón de piel negro para generar un efecto péplum y potenciar la figura.
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La minifalda también puede ser elegante
Uno de los puntos más sorprendentes del look de Carlota ha sido, probablemente, el largo de la falda, un diseño de estilo lápiz en el mismo tejido que la chaqueta con el que ha presumido de piernas, ya que, en lugar de contar con silueta midi como las que suele llevar en este tipo de eventos, es cortita y deja las rodillas al aire. Sin embargo, sigue siendo una elección totalmente elegante, acertada y fiel al protocolo. De hecho, su hermana Alejandra también ha lucido un diseño en clave mini.
Abogando por el minimalismo, la nieta de Grace Kelly ha prescindido de grandes accesorios y, de hecho, no ha llevado ni siquiera tocado. Se ha calzado unos salones clásicos en negro, un bolsito acolchado de la misma firma que el resto del look y ha recogido su melena en un moñito bajo de estilo bailarina, pulido y con raya al medio, el cual nos ha permitido apreciar a la perfección sus joyas: unos pendientes en forma de corazón y un delicado collar compuesto por una cadena finita y colgante de brillante.
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