Cada vez que Sarah Jessica Parker luce una falda de tul en alguna aparición pública, evocándonos a Carrie Bradshaw en el opening de Sexo en Nueva York, el nombre de la actriz suma, exponencialmente, sus búsquedas en Google. Sucedió lo mismo cuando Julia Roberts se enfundó en un vestido de lunares con el que nos recordó al que fuera el papel que más la catapultó en fama en Pretty Woman, Vivian Ward; también cuando Anne Hathaway revolucionó la Semana de la Moda de Nueva York con un look a lo El diablo se viste de Prada, y han sido muchas las ocasiones en las que Jenna Ortega ha ocupado titulares por rendir tributo a Miércoles con la elección de sus estilismos, o Lily Collins nos ha cautivado con llamativos atuendos que podrían ser parte del armario de Emily Cooper.
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El fenómeno de que nuestras actrices favoritas vistan de manera similar a sus personajes de las películas se ha vuelto común en la industria del entretenimiento, y no ocurre por casualidad, sino que detrás se esconde una gran estrategia de marketing en la que puede que nunca antes hayas pensado, o sí, pero sin llegar a preguntarte por qué nos genera tanto agrado ver cómo Zendaya luce una camisa de cuadros parecida a la que vimos a Rue Bennett en Euphoria, o Margot Robbie luce todo el armario de Barbie en sus photocalls.
Que haya personajes que te marquen mucho más que otros guarda sentido en la Psicología. Los espectadores desarrollamos conexiones emocionales con nuestros papeles de pantalla preferidos, algo sobre lo que los estilistas son plenamente conscientes. Ellos, en su tarea por lograr el reconocimiento y el mayor impacto posible, buscan ser aclamados por sus decisiones de vestuario y comprenden el poder psicológico de la moda. Así, en su esfuerzo por ganar visibilidad y conectar a las personas que visten con el público, cada vez más deciden vincular estilísticamente a las celebridades con sus personajes más reconocidos de pantalla.
Nos gustaría ser como los personajes que vemos en pantalla
Pero, ¿cómo logran los estilistas generar mayor impacto y conectar a los intérpretes con nuestras emociones de nuevo? Como profesionales de la industria, lo hacen incorporando referencias a esos personajes y a las series en la vestimenta de las celebridades a las que ayudan a escoger look. Un enfoque que, como consecuencia, saben que al provocarnos emociones nostálgicas y evocarnos recuerdos de las historias que nos enamoraron en la pantalla, puede llegar a convertirse en viral.
Según Bárbara Zapico, psicóloga de Top Doctors, este boom o la fiebre que sentimos por vincular a las actrices con sus personajes guarda mucho que ver en nosotros mismos. Tenemos una proyección de lo que nos gustaría o desearíamos en el otro”, concede. Es decir, en este caso, vemos en esos personajes aspectos de nosotros mismos, ya sean deseos, emociones o cualidades que ya tenemos, o que nos gustaría llegar a alcanzar.
-¿Quiénes son los estilistas que se esconden detrás de los looks de las series del momento?
Cuando una actriz que admiramos lleva un atuendo que recuerda a su personaje más famoso, enseguida sentimos continuidad entre la ficción y la realidad. Que este hecho nos provoque tanta curiosidad, nos permite sentir que conocemos a estas personas, que entendemos sus elecciones de moda y que somos parte de su mundo de alguna manera. O que al menos, queremos o aspiramos a serlo. Sucede lo mismo cuando seguimos las tendencias que vemos en pasarela que nunca antes pensábamos que llegaríamos a vestir, o cuando queremos copiar los looks que lleva nuestra actriz preferida en alguna de sus películas.
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“La identificación con ese personaje hace que nosotros queramos vestir de esa manera porque tiene unos gustos que son similares a nosotros. No tiene que ver con la autoestima, está relacionado con la empatía y la identificación que tenemos con ese personaje, que es como si fuera un referente para nosotros”, nos detalla la psicóloga, que también explica: “Hacerlo nos lleva a imitar estilos de vestir, ya que a menudo nos sentimos más identificados con un personaje que con nosotros mismos, lo cual puede resultar más sencillo en ocasiones”.