Arropada por pesos pesados de la moda, como los editores Anna Wintour y Edward Enninful, el conservador de museos Andrew Bolton, y las actrices Cate Blanchett y Elle Fanning, la diseñadora Sarah Burton se despide de una etapa de 13 años como directora creativa de Alexander McQueen, firma para la que trabajó desde 1996. La expectación era máxima en torno a quién sería su sucesor en el cargo, pues apenas se habían dado detalles acerca de la salida de la británica. Tan solo 48 horas después de aquel emotivo último desfile, el grupo Kering anunció que el irlandés Seán McGirr, hasta ahora un desconocido para el gran público, ha sido el elegido para sustituirla. ¿Será el próximo diseñador favorito de la realeza británica?
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¿Quién es Seán McGirr?
Antes de asumir este importante cargo, el irlandés Seán McGirr se encontraba a la cabeza de las líneas de prêt-à-porter de JW Anderson desde 2020, fue diseñador femenino para Dries Van Noten en Amberes y, de 2014 a 2018, formó parte del equipo creativo de Uniqlo en Tokio y París, trabajando en las colecciones masculinas de la mano de Christophe Lemaire. Estamos ante un joven de currículum envidiable que se centra, sobre todo, en la confección de moda andrógina, sastrería y el tratamiento de buenos e innovadores materiales.
Gianfilippo Testa, CEO de Alexander McQueen, aseguró que McGirr “aportará un poderoso lenguaje creativo a Alexander McQueen mientras construye sobre su herencia única”. Al igual que Sarah Burton y el propio fundador de la casa, se graduó en la prestigiosa escuela Central Saint Martins de Londres, donde obtuvo una Maestría en Moda en 2014.
Sarah Burton presenta su última colección para Alexander McQueen tras 26 años en la firma
La salida de Sarah Burton pone fin a un período de más de una década en la que se ha continuado el legado de Lee McQueen, reinventando constantemente los códigos sin perder la esencia irreverente, teatral y sofisticada que lo catapultó. La modista británica, de 49 años, ha estado a la cabeza de la casa desde 2010, año en que falleció trágicamente su fundador, pero actuaba como mano derecha del mismo desde 1996, cuando ambos se conocieron en la prestigiosa Central Saint Martins.
Si bien era una desconocida para el gran público, se ganó rápidamente la confianza de la clientela y, menos de un año después de asumir el rol de directora creativa, aceptó el encargo de diseñar el vestido de novia de Kate Middleton. El nombramiento de McGirr ha tomado por sorpresa a los críticos de moda precisamente por ser un diseñador ajeno a la marca, aunque cumple todas las credenciales para adaptarse rápidamente al puesto.
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ANATOMY II, el último desfile de Sarah Burton, es un tímido resumen de sus 26 años de trabajo en la marca, y tuvo lugar en un antiguo mercado improvisado de París que utilizó como taller durante sus estancias en la ciudad del amor. Inspirado en la anatomía femenina, así como en el trabajo de Magdalena Abakanowicz, la diseñadora recreó conjuntos de traje con cortes estratégicos que revelaban costillas, hombros o pechos, haciendo guiño no solo a la obsesión de Lee McQueen por el cuerpo sino a su temprana formación en las tiendas de Savile Row.
Los tejidos estructurados, bordados y flecos imitaban distintos órganos internos, en sintonía con complementos tan originales como unos collares de perlas y espinas, bolsos en forma de corazón y zapatos con tacón de huesos. Muchas de las prendas recuerdan a la indumentaria del período isabelino, así como a las simbólicas rosas en rojo sangre, dos elementos adheridos a la cultura británica que tanto Burton como McQueen supieron explotar a su manera.
La princesa de Gales, una de sus clientas estrella
Aparte del acertado rumbo por el que llevó a Alexander McQueen tras la muerte de su fundador, el trabajo de Sarah Burton será recordado por sus aportes a la moda nupcial, siendo el vestido de novia de Kate Middleton su creación más replicada hasta la fecha. A partir de entonces, quien fuese duquesa de Cambrige se convirtió en una de sus clientas más fieles, especialmente a causa de los impecables conjuntos de sastrería que caracterizan al ADN de la firma, aunque también resaltan en su armario los incontables diseños de tipo cóctel en vibrantes colores (del fucsia al azul bebé) que ha lucido con tocado en bodas, desfiles e incluso en las carreras de Ascot a lo largo de estos años.
Es ella quien firmó el look de la princesa de Gales para la coronación de Carlos III, así como los tres diseños de alta costura que viste en los retratos que le hicieron por su 40º cumpleaños. Se estima, de hecho, que posee alrededor de 40 vestidos, tanto largos como cortos, de Alexander McQueen, cifra que ratifica su idilio con esta casa británica que ahora está por abrirse un nuevo camino. ¿Acaso Kate eguirá apostando por ella? Eso todavía está por verse.