Hace ya un año de la que ha sido una de las bodas más mediáticas, comentadas y seguidas de los últimos tiempos, una de esas que hizo historia y dio mucho que hablar antes, durante y después: la de Tamara Falcó e Iñigo Onieva. Si seguiste este evento a través de la exclusiva de ¡HOLA!, es posible que estés al tanto de todo cuanto sucedió aquel 8 de julio: desde el 'sí, quiero' y la celebración en El Rincón, pasando por los diferentes looks que llevaron las invitadas y, por supuesto, los dos vestidos que lució la protagonista del enlace. Sobre estos últimos, existen algunos detalles que pasaron desapercibidos y hemos querido recordar con motivo de su primer aniversario.
Crear dos vestidos en tan solo cinco semanas
Lo suyo fue una auténtica carrera a contrarreloj que terminó con un buen resultado: el diseñador Wes Gordon, al frente de Carolina Herrera, junto a su equipo, logró confeccionar los dos diseños de Tamara en poco más de un mes.
"Jamás les podré dar las gracias lo suficiente", admitía la chef. Por suerte, esta se había fijado en un look de pasarela que la firma de origen venezolano había presentado antes, por lo que no tardaron en construir la base de su vestido principal.
Una silueta inspirada en la Austria del siglo XIX
"Se ha hablado mucho de la inspiración del vestido... aquí os comparto la foto del diseño en el que realmente se basó", explicó Tamara. Y es este, uno de los 50 modelos que forman parte de la colección Prêt-à-porter Otoño Invierno 2023-2024 de Carolina Herrera, que se presentó en New York Fashion Week el pasado mes de febrero.
La influencia de Sissi, la última gran emperatriz europea
La citada colección de la firma se basaba en un concepto de dicotomía entre la disciplina y la grandeza de Sissi, la emperatriz Isabel de Baviera. Cierta opulencia, pliegues románticos, bordados, texturas de terciopelo y tafetán negro protagonizaban los vestidos que sirvieron a Tamara para imaginar los suyos. En la imagen, el boceto tanto del look con el que pasó por el altar (derecha), como el de la celebración posterior (izquierda).
El truco del corsé
El diseño de la empresaria guardaba un secreto bajo él: "El corsé llevaba lana para que no se marcase", ha explicado. Un tejido más grueso que, a pesar de estar en pleno mes de julio, no supuso un impedimento. "Estaba tan emocionada que ni noté el calor", comentó entonces con humor.
Bordados personalizados
No faltaron en el vestido detalles preciosos como los bordados que recorrían la parte central y la falda: "Eran motivos que estaban tanto en la tiara como en el escudo de Griñón. Se bordaron a contrarreloj con hilo de plata y llegaron a trabajar en ellos hasta 20 artesanos", admite.
Uno de los trabajos más exigentes de Wes Gordon
Con tan solo 36 años, este estadounidense al frente de la dirección creativa de Carolina Herrera desde hace cinco, se enfrentó con los vestidos de Tamara uno de los retos más ambiciosos (y mediáticos) de su trayectoria. Y es que mientras trabajaban en sus diseños, la firma no podía olvidarse de preparar también los correspondientes a la colección Primavera/Verano 2024 que presentaban casi a la vez en la Semana de la moda de Nueva York.
Cientos de profesionales implicados
La también diseñadora quiso destacar la labor de Wes Gordon: "Su talento es innegable pero fue el trato tan cariñoso y amable que nos dieron a mi madre y a mí durante las pruebas, lo que marcó la diferencia", aseguraba. "¡Siento que jamás les podré dar las gracias lo suficiente!" Tampoco se quiso olvidar del "maravilloso trabajo de cientos de profesionales: artesanos, artistas, organizadores, camareros, fotógrafos, videógrafos, seguridad…", que hicieron de su boda un día increíble.