De Cayetana Rivera a Carmen Ordóñez: los estilismos más espectaculares de La Goyesca a lo largo de su historia

Ya pasada la temporada de ferias e invitadas, recibimos con emoción la celebración de una de las fiestas taurinas más esperadas, La Goyesca de Ronda, que tendrá lugar del 1 al 3 de septiembre. En sus décadas de historia, este evento nos ha dejado espectaculares estampas, de cuya belleza son responsables, en gran parte, los trajes de las damas goyescas que allí se dan cita cada año. De la desaparecida duquesa de Alba o la también fallecida Carmen Ordóñez a las más jóvenes de la familia, como es ahora Tana Rivera, estas mujeres han marcado un antes y un después en las ferias andaluzas con looks, llegando a cautivar incluso a nuevas generaciones. Recordemos, si no, el día que la hija de Eugenia Martínez de Irujo, con 20 años, siguió la estela de sus sofisticadas abuelas como presidenta de las Damas Goyescas para la Corrida Rondeña de Rejones. A continuación, este y otros posados inolvidables de La Goyesca. 

El traje rojo de goyesca de Tana Rivera

En su gran día como madrina, llevó un vestido en georgette de seda natural en color rojo español, diseñado por Lorenzo Caprile, que buscaba plasmar la goyesca en su estado puro utilizando los típicos volantes y un mantón de Manila bordado en turquesa. Otro detalle especial de su look es la mantilla beige de encaje de Bruselas, una pieza de museo que podría haber pertenecido a la emperatriz Eugenia de Montijo, sostenida por una peina ‘rubita’ de nácar y pendientes de oro y coral. Todo ello prestado por su madre, Eugenia Martínez de Irujo, quien lo recibió en herencia de la duquesa de Alba.

Así ha cambiado con los años

La pequeña Cayetana ya apuntaba maneras, viniendo de una familia estrechamente vinculada con el mundo del toro y las ferias. Esta imagen es registro de la 52º edición de la corrida goyesca de Ronda en el marco de la Feria de Pedro Romero. En 2008, cuando Tana se enfundó en este fabuloso traje turquesa con bordados en blanco y una delicada fila de encaje sobre el escote, tenía tan solo siete años de edad, por lo que -a diferencia del resto de mujeres que la acompañan- no llevó peineta ni mantilla de madroños sino una redecilla con volantes del mismo tejido. 

Un tributo a su legado familiar

También en 2021, Tana dio un giro de registro con especial significado, ostentando los dos colores se su bisabuelo, el torero Antonio Ordóñez, por consejo de su madre. Para su confección, Caprile siguió los patrones del siglo XVIII, tomando como inspiración el retrato de la marquesa de Llano, doña Isabel de Parreño y Arce, obra de Raphael Mengs que se conserva actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El innovador diseño de la falda, a contraste con la tradicional chaquetilla de punto con madroños, la camisa clásica o su sombrero de ala ancha, demuestran por qué la joven es referente para las invitadas de Ronda. 

Guiños a la duquesa de Alba

Tana no fue la única que buscó rendir homenaje a las grandes figuras del linaje en esta emotiva corrida. La benjamina de Francisco Rivera y Lourdes Montes vistió a juego con su hermana mayor, con una réplica idéntica del Caprile en blanco y negro, mientras que la empresaria sevillana, al igual que el resto de mujeres de la familia, desfiló con un bonito traje de goyesca azul turquesa con detalles en negro. En principio, puede que esto no llame particularmente la atención, pero quienes siguen con lupa esta cita taurina saben que, en 1974, la duquesa de Alba ejerció el rol de presidenta con un look extremadamente similar. 

Cayetana Fitz-James Stuart

Los trajes típicos de goyescas son un atractivo más de las corridas taurinas de Ronda, pero hay que recordar que su origen es mucho anterior: proviene de las pinturas de Goya y hace referencia a la vestimenta del Madrid del siglo XVIII que inspiró al artista. La fallecida duquesa de Alba conocía de sobra los entresijos de esta tradición, como se demuestra en esta fotografía capturada a mediados de la década de los 70. Para la ocasión lució un vestido azul con apliques azabache, que lleva a su vez una redecilla. Como toque final, añadió una histórica gargantilla de perlas, así como una medalla prendida al pecho. 

El traje de goyesca tradicional

El estilismo de las damas se compone de un vestido 'midi' o de falda larga en vuelo que esté adornada con bordados o aplicaciones de encaje. Debe presentar un corpiño ajustado o, en su defecto, una chaquetilla con volumen en los hombros. ¿Y qué pasa con el peinado? Se recomienda llevas una peina hecha a medida, una típica mantilla rondeña o de madroños, o, en su defecto, una redecilla que suele acompañarse con una flor. Como vemos en el retrato de la duquesa de Alba, es regla también rescatar piezas antiguas del joyero familiar (pendientes, broches, colgantes e incluso una medalla para selectas asistentes). 

Carmen Ordóñez, deslumbrante madrina

La abuela de Tana, Carmen Ordóñez, desempeñó el importante papel de madrina en la feria de 1980, donde deslumbró entre todas las asistentes con su traje de goyesca en clave naranja. Transgresora como siempre acostumbraba, la socialité llegó a la corrida de Ronda ataviada con un vestido acorsetado de escote corazón y mangas largas de hombros abullonados que se decoran con decenas de madroños, cual campo de flores. Los ribetes de encaje negro sellan la faceta más rigurosa de esta prenda, presente sobre el faldón, así como en los puños de las mangas. 

Una clásica Belén Ordóñez

Ese mismo día, su hermana menor, Belén, lució más discreta y tradicional, pero sumamente elegante, con un espectacular traje blanco que destaca por sus bordados a contraste. Sobre sus hombros, muestra una red de punto en color negro dotada con pequeños madroños blancos, que prácticamente se funde con la mantilla de encaje negro que cae sobre sus hombros, sostenida en su cabeza por una gran peina dorada. El cierre del look son los imponentes pendientes añejos de perlas, en sintonía con su sutil collar.  Sobre el pecho, lleva también una medalla. 

Cuando Belén Ordóñez fue madrina

Al igual que su hermana Carmen, Belén también amadrinó el evento en 1996, más de una década después que esta. Su estilismo distó completamente del que eligió la abuela de Tana para presidir la corrida, pero resultó a su vez cautivante, como los ostentosos trajes de las majas aristocráticas de hace tres o cuatro siglos atrás. Seleccionó para la ocasión un vestido de seda color melocotón con detalles de encaje blanco sobre el escote cuadrado, en los puños de sus mangas o el centro de su gran faldón plisado. Por si fuera poco, lució un llamativo tocado de encaje blanco con flores de seda al tono con el traje. 

La evolución de las invitadas en Ronda

Los códigos han cambiado con el paso de los años. Prueba de ello es que, ya en pleno siglo XXI, en la edición de 2001, la hermana de Carmen Ordóñez cambiase el pomposo traje de goyesca por un vestido de invitada sencillo, de cuerpo ceñido y falda de volantes en rosa y azul bebé. Sin vistosas piezas de joyería antigua ni medallas, se decantó únicamente por un chal bajo, bailarinas planas al tono, y una redecilla para el pelo, que remató con una bonita flor, como dicta también la tradición goyesca. 

Vestidos de volantes en las gradas

Bien es cierto que el traje tradicional de la goyesca no ha cambiado mucho con el tiempo, debido a su importante valor cultural para el folclor español, pero es innegable el cambio en los códigos de vestimenta impuestos a sus invitadas. De los imponentes vestidos del siglo XVIII se ha pasado a diseños más frescos sin apenas ornamentos, a veces en conjunto con zapato plano. Prueba de ello son los preciosos looks de Lourdes Montes año tras año, habitualmente firmados por marcas españolas, como IQ Collection, que vistió a Tana en la edición de 2022 con un modelo blanco de cintas rojas.