Después de unas apasionantes vacaciones en las costas de Ibiza y una visita a Australia para animar a la selección de fútbol de su país, Federico y Mary de Dinamarca van retomando poco a poco su normalidad. Para inaugurar su agenda de compromisos en este mes de agosto, los príncipes daneses han hecho una amena visita a la ciudad de Christiansfeld, ubicada en la península de Jutlandia y declarada, en 2015, Patrimonio Mundial de la UNESCO, que celebra su 250 aniversario. En esta cita hemos podido ver cómo la condesa de Monpezat recuperaba su estética más sofisticada, para dejar a un lado los estilismos más relajados, en favor de sus siempre elegantes looks de invitada y con una prenda especial, en el color tendencia entre las royals.
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Reciclado de su vestidor
Mary ha recuperado un vestido que vistió por primera vez en 2017 y que volvió a llevar en 2021, en la inauguración oficial de 'Copenhague 2021’. El diseño de inspiración ablusada y realizado en una ligera seda, consta de un largo midi, un corte a la cintura, una falda con ligeras aberturas, un cuello cerrado con un sutil escote lágrima y mangas con movimiento. Bautizado como Armonía, es una prenda de Raquel Diniz, una diseñadora brasileña con residencia en Italia, que también hemos podido ver a Mette-Marit de Noruega.
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Complementos con miles de posibilidades
El reciclaje se ha convertido en todo un fenómeno entre reinas y princesas y la danesa se ha convertido en uno de los referentes en la materia, haciendo que sus propuestas parezcan completamente nuevas utilizando los complementos adecuados. Tanto en su paseo por la ciudad como en la ceremonia religiosa a la que asistió, la condesa de Monpezat se mostró muy cariñosa con los asistentes y se sintió muy cómoda con sus accesorios. Para la ocasión, se decantó por unas sandalias sencillas, de tiras, en tono tostado y con tacón sensato de Gianvito Rossi, eran el modelo Asia 70, que lució por primera vez en 2020.
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Destacaba, también el tocado escogido para la ocasión una pieza en tono paja natural y de estilo plato, con detalle floral de seda y plumas en el lateral, de Jane Taylor. Es otro de los elementos ‘reciclados’ de la princesa, pues lo llevó en su visita a las carreras de Ascot en 2016. La firma de sombrerería es, además, una de las más solicitadas por otras casas reales, dado que Kate Middleton y Sophie de Edimburgo también han apostado por sus creaciones. Además de este complemento, a juego llevó una cartera y unos bonitos pendientes.
Un último accesorio propio de la visita que estaban haciendo fue un curioso ramo de flores. Se trataba de un diseño floral que le regalaron los nietos del alcalde de la ciudad de de Christiansfeld. Una creación muy delicada, compuesta de variedades florales de tonalidades moradas y rosadas, entre las que destacaban gerberas, calas, rosas de pitiminí y, más allá de las flores, un gran corazón en color marrón.
El color favorito de las royals
La esposa del príncipe Federico se ha pasado así a la que parece ser una tendencia discreta (pero visible) de este verano entre las royals: la de los vestidos rojos lisos. Y es que tanto para diario como para momentos señalados, reinas y princesas han recurrido a la magia de este tono para deslumbrar y aportar luz a su rostro. Precisamente a principios de verano, en las jornadas ecuestres de Royal Ascot pudimos ver a Kate Middleton con un look de estética similar y tocado en sintonía. La princesa de Gales estrenaba un diseño de Alexander McQueen con cuerpo cruzado, hombreras, escote de pico, falda fluida y silueta lady. La guinda del estilismo la ponía su pamela de rafia con flores, firmada por Philip Treacy.
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Más recientemente, la reina Letizia se decantaba por este color en un modelo plisado de Mango, que reutilizó para una cena de verano en Mallorca junto su familia, la reina Sofía y la princesa Irene. El vestido en cuestión era sencillo, fluido, con escote halter, largo midi y cordel a la cintura. Todo un acierto porque el rojo, además, resaltaba su bronceado.