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Ayer se celebró en Montecarlo el Gran Premio de Fórmula 1, certamen deportivo en el que el español Fernando Alonso quedó en segunda posición. Además, como es habitual en esta cita, gran parte de la familia real monegasca se ha querido acercar hasta este circuito para vivir en primera persona toda la emoción de esta competición a cuatro ruedas. Entre las presentes, y con gran estilo, hemos podido ver a Carlota Casiraghi. Sin embargo, no ha sido la única que ha hecho que la moda le acompañe y genere más de un titular, pues también se encontraba Charlene de Mónaco quien, en un mismo día, mostró su imagen más camaleónica de hipermoderna a clásica. Eso sí, la esposa del príncipe Alberto revalidó su título de la royal que más gasta en moda con sus elecciones.
© Getty Images-Carlota Casiraghi estrena una camiseta de 4.600 euros en Mónaco
El clasicismo para ir de cena con un vestido de 10.000 euros
Al caer la noche ayer domingo 28 de mayo, se celebró una cena de gala con motivo del Gran Premio de Formula 1 de Mónaco. Para este evento, Charlene de Mónaco optó por un look de corte clásico en blanco y negro. En concreto, llevó un vestido tipo túnica de una sola manga con gran banda delimitando la figura. Confeccionado en cady de seda, esta pieza lleva el sello de la firma italiana Valentino y tiene un valor de 10.000 euros.
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© Getty ImagesUna elegantísma creación que le sentaba de maravilla a Charlene de Mónaco, pero que, por su valor, nos recuerda que en 2022 se convirtió en la royal que más gastaba en moda. Y es que ella invirtió el pasado año 739.541 euros para renovar su armario. En esta ocasión, junto a su vestido de alto coste, la esposa de Alberto de Mónaco optó por reciclar unas sandalias en ante a juego, modelo Initiale de Hermès. Culminó este estilismo con un brazalete y unos largos pendientes de diamantes.
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© Getty ImagesEl vestido arcoíris que iluminó su rostro
Sin embargo, horas antes durante la entrega de premios tras la carrera, Charlene de Mónaco nos sorprendió con su imagen más moderna. Para este evento en el que compartió protagonismo con le piloto Fernando Alonso, la esposa del príncipe Alberto optó por un innovador vestido negro que se adornaba con franjas multicolores que recreaban un arcoíris. De estreno, se trataba de una creación en georgette de seda de la firma Akris (4.150 euros), uno de sus marcas de cabecera. Lo combinó con sus salones de ante en color azul y tacón celeste, de Dior. Culminó su estilismo con pendientes de botón con diamante y unas nuevas gafas de sol en negro, las PR 02WS de Prada (215 euros)
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