Precisamente 30 años después de su propia boda con el rey Abdalá, Rania de Jordania está viviendo uno de los momentos más felices de su vida, pues tan solo dos meses después de la boda de su hija, la princesa Iman, es momento de festejar el enlace de su primogénito, el príncipe heredero Hussein, con la arquitecta Rajwa Al Saif. Este lunes, a escasos tres días de pronunciarse el 'sí quiero', la futura novia ha celebrado su tradicional fiesta de la henna en compañía de las mujeres de su círculo íntimo, todas enfundadas en sus trajes típicos más especiales. A continuación, te contamos todos los detalles de sus looks de esta espectacular preboda.
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- Rajwa Al Saif y Salma de Jordania, dos invitadas con vestidos potentes y guiños a la reina Rania
La elegancia heredada de Rania de Jordania a sus hijas
Al tratarse de la preboda de su futura cuñada, ambas descendientes de los reyes jordanos han querido mantener un perfil bajo en lo que respecta a sus estilismos de invitada, pero no por ello han descuidado la sofisticación que, indudablemente, les viene heredada de su madre. Mientras que la princesa Iman ha optado por un sencillo vestido satinado en tono malva con mangas acampanadas, aplicaciones de encaje blanco y volantes a un lado de su falda, la joven Salma se ha hecho con un diseño burdeos similar, de amplísimas mangas, con ribetes bordados en hilo dorado.
Rania deslumbra con una abaya celeste adornada con flores de pedrería
Por su parte, Rania ha escogido una versión renovada de la abaya típica de esta clase de celebraciones: una túnica larga hasta los pies, que habitualmente se usa en los países árabes sobre ropa más casual o reveladora. Si bien, según las normas del Islam, esta debe ser negra e ir acompañada de un pañuelo sobre la cabeza, los modelos contemporáneos de la abaya suelen parecerse más al concepto de caftán, cortados de telas ligeras de colores vibrantes, como crepé, georgette o chifón, además de estar dotados con pedrería, ribetes de oro o meticulosos bordados.
Es el caso del traje por el que se ha decantado la reina Rania para esta celebración íntima con las mujeres de la familia. Con un corte fluido de mangas holgadas, este vestido presenta bordados de lentejuelas en el mismo color azul celeste e hilos dorados con motivos florales, distribuidos a lo largo de la prenda. El centro frontal está confeccionado con crepé georgette plisado para aportar fluidez, además de un efecto etéreo de lo más sublime, que se completa con un fajín ceñido a la cintura de la mujer de Abdalá II.
Esta creación hecha a medida especialmente para la reina jordana por Saiid Kobeisy se basa en uno de los looks de la colección de Alta Costura Primavera/Verano 2023 de dicha firma. Del diseño original que aparece en la imagen anterior, Rania ha querido conservar la tradicional silueta, aunque cerrando por completo el escote, así como los bordados de motivos florales. La diferencia más grande se encuentra en la elección del tejido para las mangas, más densa que la fluida gasa de seda con la que se confeccionó, en tonalidades azul celeste, el traje de la madre del novio.
El imponente vestido de Rania dejaba poco lugar para imponentes gargantillas o colgantes de enormes piedras preciosas, así que su elección de complementos fue más modesta que maximalista. Estas piezas, exquisitamente elaboradas a mano en Italia por la casa Vanleles Diamonds, buscan evocar la nieve que cae sobre la montaña más alta de África, de ahí que se bautizaran como pendientes Kilimanjaro. Están realizados en oro blanco de 18 quilates, titanio azul y diamantes blancos incrustados. A pesar de que este par viene en conjunto con un gran anillo, Rania ha optado por prescindir de él.
La futura novia manda un mensaje de amor con su traje
La reina de los jordanos no se separó en ningún momento de la prometida de su primogénito, que este próximo jueves se convertirá oficialmente en princesa. Su estilismo es reflejo de la influencia que sobre ella ha tenido el rompedor estilo de Rania, pero también evidencia de los tiempos que corren. La diseñadora saudí Honayda Serafi confeccionó para ella un traje blanco inspirado en el thawb Al-Shaby, una prenda ceremonial hasta los tobillos con mangas larguísimas, propia de la región de Najd, en Arabia Saudita, de donde es la familia de Al-Saif.
De hecho, sus mangas son tan largas que se convierten en el mismo velo de la novia, un detalle sumamente innovador. “El resumen era que quería usar algo muy modesto y algo de la cultura de Arabia Saudita, pero con un toque moderno. Quería que la pieza fuera muy elegante y también quería que fuera blanca”, explicó Serafi en una entrevista con Arab News este martes.
Un tierno guiño a Iman de Jordania: las novias modernas visten de blanco en su preboda
El color blanco suele simbolizar pureza, por lo que históricamente las novias visten de blanco en sus bodas, pero no es habitual que el 'vestido henna', en la preboda árabe, sea también de esta luminosa tonalidad. "Es una versión moderna y nueva”, agregó Serafi.
La estampa, sin embargo, no nos resulta extraña. Hace casi tan solo tres meses, la princesa Iman, cuñada de Rajwa, vistió de blanco en su propia fiesta de henna, añadiendo como toque final un cinturón de oro con pedrería, el que lució su madre cuando se casó hace exactamente 30 años.
Homenaje a Jordania y a su prometido, el príncipe Hussein
En los bordados, la diseñadora incorporó una estrella blanca de siete puntas que está presente en la bandera nacional de Jordania como representación de los siete versos de Surat Al-Fatiha en el Corán, así como las "siete colinas sobre las que se construyó Amman", comentó Serafi. “El símbolo es una protección para el amor eterno de la pareja”, finalizó.
En los bordados también observamos las palmeras de Arabia Saudita, que significan vitalidad, a la vez que un verso del famoso poeta tunecino Aboul Qacem Echebbi, dedicado a su futuro esposo, que se traduce como "Cuando mis ojos te ven, la vida se vuelve correcta", grabado sobre el vestido en letras árabes.