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Son pocas las ocasiones en las que Carlota Casiraghi y Beatrice Borromeo coinciden ante los fotógrafos más allá de los compromisos reales que reúnen a la familia Grimaldi unas cuantas veces al año, como el Baile de la Rosa o el Día Nacional de Mónaco. Y esto es especialmente cierto si hablamos de moda, pues mientras que la primera asiste a prácticamente todos los eventos de la casa Chanel, para la cual ejerce de embajadora desde 2019, esta última es invitada obligatoria a cada desfile de la firma Dior. Finalmente, ha sido el Festival de Cannes, ese despliegue de glamour y cine en la costa francesa, el que ha vuelto a juntar a estas dos cuñadas bien avenidas sobre la alfombra roja.
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Un jardín de flores en el vestido de Carlota Casiraghi
Como habíamos vaticinado, la hija mayor de Carolina de Mónaco ha acudido con su marido, Dimitri Rassam, a La Croisette para el estreno del filme Jeanne du Barry, que supone el retorno de Johnny Depp a las pantallas, luciendo un vestido cortesía de Chanel, casa de referencia para ella, pero también para su estilosa madre, quien fue amiga íntima de Karl Lagerfeld a lo largo de tres décadas. Carlota luce una creación de tafetán negro y llamativo escote floral, confeccionado meticulosamente con lentejuelas y cuentas de colores sobre una malla de tul que se extienden, formando un jardín a su paso, hasta las mangas largas del traje.
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Forma parte de la colección Alta Costura Otoño 2020, que tristemente no pudimos ver jamás sobre la pasarela porque se lanzó en pleno confinamiento del coronavirus. El lado bonito de este asunto es que Carlota ha podido encargarse del debut de esta pieza de artesanía que, en palabras de Virginie Viard (directora creativa de Chanel), fue concebida para "chicas excéntricas" similares a las musas de la alta sociedad que inspiraron las obras de Lagerfeld en los años 80; entre ellas, la misma princesa Carolina de Mónaco.
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La austeridad de Beatrice Borromeo
La periodista y aristócrata italiana, por su parte, nos ha enamorado con un sobrio diseño de colección de Alta Costura Otoño/Invierno 2022-2023 de Dior, que estuvo definida bajo el concepto del árbol de la vida e ilustra el folclor de diferentes culturas integradas. Se trata de un vestido de profundo escote cuadrado con mangas largas acampanadas que está realizado al completo por paneles bicolor de trenzados de bronce, encaje negro y guipur.
El fino cordón negro alrededor de su cuello, que Beatrice lleva a modo de collar, es en realidad parte inseparable del vestido y fue así como se mostró en la pasarela durante la Semana de la Alta Costura de París, en julio del pasado año. Es por ello que los encargados de romper con la estética austera del look, a falta de diademas o vistosas gargantillas propias de los vestidores de las princesas, son sus espectaculares pendientes colgantes, que están rematados con preciosas perlas en forma de pera y son visibles gracias al peinado semirrecogido que lleva esta noche.
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