La Reina dejó el listón alto tras su asistencia a la histórica ceremonia de coronación del rey Carlos III, celebrada el pasado sábado en la abadía de Westminster de Londres. Allí fascinó a la prensa internacional, y también a los propios lectores de ¡HOLA!, que la designaron como la invitada mejor vestida del evento, con sutraje de dos piezas rosa y un tocado de velovintage. Su reaparición se había hecho esperar, pues habíamos visto desde entonces, pero esta tarde ha retomado su agenda oficial con un viaje de dos días a Croacia para asistir a un Congreso sobre la Prevención de la Obesidad Infantil. Y no ha decepcionado porque, en el Palacio Presidencial de Zagreb, con motivo de la cena de bienvenida, ha optado de nuevo por un impoluto traje blanco que recuerda al icónico look que escogió para anunciarsu pedida de mano hace casi 20 años.
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Su idilio con los trajes blancos
Volvemos a ver a la Reina vestida de traje, ya que se ha decantado por un dos piezas deblazer clásica y pantalones campana, que firma Hugo Boss. Parece ser una nueva adición a su guardarropas, aunque posee desde hace un par de años otros conjuntos similares, tanto de Zara como de Carolina Herrera. Debajo de la chaqueta, ha llevado un top lencero blanco que suele incorporar casi exclusivamente en sus looks sartoriales para aportar un aire femenino e informal a este impoluto ensamblaje.
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Por las imágenes, es imposible saber qué calzado ha escogido para culminar su estilismo esta noche en la capital croata, pero no queda duda de que, en cuanto a los complementos, la Reina ha seleccionado piezas sumamente llamativas para romper con la sencillez del conjunto: un bolso de mano metalizado en piel dorada; su anillo de oro grabado, de Coreterno, y los pendientes de diamantes, oro blanco y perlas australianas que lució en los bautizos de sus dos hijas, visibles gracias a su acertado moño de bailarina.
El traje blanco del día de su pedida
Casi dos décadas han pasado desde que, en el Palacio de El Pardo, a las 12:30 de la mañana, más de 300 periodistas asistieron al acto protocolario de la petición de mano del entonces Príncipe de Asturias y su prometida, la periodista que en aquel momento todavía conocíamos únicamente como Letizia Ortiz. Para la comparecencia, ella adquirió un traje blanco de pantalón recto, de Armani, aunque asesorada por un responsable de protocolo de La Zarzuela.
En este dos piezas sartorial, cuyo precio rondaba los 1.800 euros, destacala chaqueta entallada de hombros estructurados, cuello alzado en picada, cierre de tres botones y bolsillos frontales. A día de hoy, esta imagen sigue grabada en las mentes de todos los seguidores del estilo real como uno de los momentos más icónicos de doña Letizia.