La moda española vive un momento de esplendor. Los diseños de Pretty Ballerinas e Indi&Cold se han colado en dos de las series del momento, Emily in Paris y The White Lotus, respectivamente; las celebrities de las que todo el mundo habla apuestan cada vez más por el made in Spain; y las modelos internacionales más reconocidas son fans de las joyas creadas en nuestro país. Lo más sorprendente es que en casi todos estos casos se ha apostado por firmas más o menos pequeñas, en la que la producción local, la artesanía y la moda slow fashion son su eje central.
España, cuna de la moda
La tradición textil en España viene de lejos. Entre los años cincuenta y los setenta nuestro país se convirtió en una de las capitales que más textil producían para el resto de Europa. "Cataluña era quien encabezaba esta lista, siendo de las primeras en comprender su importancia a la hora de generar beneficios frente a otro tipo de producciones. La aparición de las colonias textiles, donde habitaban los obreros de estas fábricas y que contaban con sus propias tiendas y escuelas, así como iglesias e incluso cines, hizo de estos verdaderos núcleos para la vida social moderna", nos explica Moisés Nieto, diseñador de moda, fundador de la firma homónima y Project manager de Proyectos Especiales del IED.
Una lista a la que se sumaban Galicia, también con una larga tradición textil, y la Comunidad Valenciana, donde la fabricación de calzado y marroquinería continúa siendo importante. "Con la llegada de las fibras artificiales a España en la década de los setenta, la industria textil nacional, más especializada en los tejidos naturales, sufre un duro golpe que supone el principio de la decadencia de la producción textil en nuestro país que continúa hasta nuestro día, donde predominan las fibras artificiales y la producción masiva de prendas en el extranjero", continúa el diseñador, que se formó en Moda en el Istituto Europeo di Design de Madrid.
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La buena noticia es que cada vez más firmas se animan a parar, reflexionar y volver a ese saber hacer de antaño. Quieren huir de los diseños de gran tirada, apostar por prendas llenas de calidad y contar con el trabajo laborioso y minucioso de los artesanos. Decisiones que, además de ayudar a crear productos únicos,
Hablemos del 'made in Spain'
La normativa europea indica que, para que un diseño pueda categorizarse comomade in Spain, al menos dos de los procesos de producción deben haberse realizado en España. Sin embargo, no obligan a los fabricantes a etiquetar el origen. Un motivo que llevó a nuestro país a reivindicar ante la Comisión Europea en 2005 que fuera necesario incluir también este punto. Era una forma de garantizar que se cumplía con unos estándares de calidad y seguridad y de evitar que muchos utilizaran este sello para vender sus diseños aunque realmente no pudieran englobarse en esta etiqueta. Porque ser made in Spain, aunque tiene ventajas, también es complicado.
Pero, ¿qué implica realmente trabajar bajo este nombre? "La etiqueta made in Spain significa un buen hacer artesanal ejecutado por las manos de artesanos virtuosos, unido al buen gusto y creatividad de los autores. La elaboración en España significa que estás contribuyendo a una economía con responsabilidad social, contribuyendo a la economía social y dando prestigio a la creatividad de nuestro país", explica Helena Mareque, diseñadora y socia fundadora de Costura de Autor, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la promoción y defensa de la costura española de autor, así como de sus diseñadores y del oficio artesano.
Es, en otras palabras,la búsqueda de la excelencia en lo que a moda se refiere. Y eso implica la utilización de los mejores materiales y las mejores manos para confeccionar prendas y accesorios. "La excelencia no tiene precio. Existe una gran demanda de prendas de calidad y cada vez hay más clientes que las buscan. Grandes firmas, como Chanel y Dior, ven encarecidos sus procesos a la hora de la producción, porque al igual que Costura de Autor buscan tejidos de calidad, la mejor tecnología, y técnicas artesanas para llevar a cabo sus procesos de creación", puntualiza Mareque.
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Para las firmas made in Spain es imposible competir con los precios de laslow cost. Los procesos de fabricación se encarecen conforme se acercan al producto final. "Las condiciones laborales y los costes de materia prima aumentan de manera sustancial dado su calidad y seguridad, y un añadido es el tener en cuenta el coste adicional que supone un modelo más sostenible y respetuoso con los derechos humanos de nuestros trabajadores, pero también con el medio ambiente", argumenta Isabel Hervás, diseñadora y creadora de Isabel Hervás Couture.
Una moda más sostenible
Como apuntan los diseñadores made in Spain, esta etiqueta no solo implica una mayor calidad en materiales y procesos, también una atención especial a la sostenibilidad. Ser sostenible no es, únicamente, sinónimo de tratar de conseguir una industria menos contaminante -conviene recordar que la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta; según datos de la ONU, produce más emisiones de carbono que todos los vuelos internacionales-, también de asegurar unas condiciones laborales adecuadas para los trabajadores.
La diseñadora Inés Lacasa, especializada en moda nupcial, nos explicaba en una entrevista concedida a HOLA.com que ser eco-responsable implica mucho más que cuidar (solo) el medio ambiente. "Va más allá y supone cuidar muchas más cosas: los procesos de producción, las cantidades o la parte más social, las personas que forman parte del equipo, los colaboradores o nuestro entorno más próximo". Una afirmación con la que coincidía José María García González, director creativo de Ze García. "No tiene sentido comprar en una firma fast fashion una prenda sostenible cuando esta misma prenda llega en un avión desde su lugar de producción y se produce de manera masiva y con una mano de obra que opera en pésimas condiciones. Hay que valorar siempre todo el contexto".
Lo positivo es que cada vez más consumidores miran con mimo de dónde proceden y cómo han sido creadas sus prendas. "Tanto en España como en su gran escaparate exterior se es consciente del valor añadido que el made in Spain ofrece. Pienso quecada vez se valora más el trabajo, la excelencia y el mimo que hay detrás de cada producto (en mi caso, prenda). Pienso que es valorado y ensalzado por su diferenciación y exclusividad", aseguraHervás.
Un país en busca de artesanos
Una de las mayores dificultades a las que se enfrenta el made in Spain es la falta de personal cualificado. La diseñadora Carmen de la Puerta, creadora de Vogana, nos explicaba que le resultaba complicado encontrar talleres en España para que cosieran sus prendas. Una afirmación con la que coincide la también diseñadora Isabel Zapardiez. "Resulta complicado encontrar personal. Hay que volver a poner en valor los oficios de costurero, artesano, patronista, para encontrar profesionales cerca de tu taller". Pero no son las únicas que opinan de este modo. Por eso cada vez surgen más iniciativas que tratan de ayudar a poner en contacto a los artesanos dispersos por España con firmas que necesitan su ayuda.
"Es difícil encontrar profesionales, artesanos que sepan este oficio. Por ello desde Costura de Autor queremos llegar a todas las escuelas de diseño para potenciar y formar nuevos artesanos", asegura Helena Mareque. También el diseñador Moisés Nieto, muy comprometido con la producción de moda nacional, con las técnicas artesanales y el slow fashion, ha querido contribuir con su proyecto La Hacería. Se trata, básicamente, de una suerte de buscador donde encontrar o filtrar artesanos por localización, técnica, oficio, material… Un proyecto que, el pasado noviembre, ganó el Premio Madrid Craft Week Empresa Apoyo a la Artesanía.
Los artesanos españoles están dispersos por toda nuestra geografía, la mayoría de ellos en pequeños pueblos de la España rural. Peroson únicos y referentes en sus oficios. Tanto que hasta las grandes firmas de moda internacional los buscan para colaborar con ellos. Un ejemplo lo encontramos en María José, bordadora experta en mantones de Manila que reside en Villamanrique de la Condesa (Sevilla) y colaboró con Dior en la preparación de su desfile Crucero 2023, emplazado en Sevilla.
"Soy tercera generación dedicada al mantón de Manila. En los años 30 del siglo pasado mi abuela tenía taller y mi madre, Ángeles Espinar, empezó a bordar con 14 años, por lo que es un oficio conocido perfectamente. A finales de los 70 se puso como profesional para bordar y crear mantones con estilo distinto a los que había más tradicionales, innovando en colorido y diseño pero sobre todo en calidad", explicaba María José a nuestra redactora de moda, Mariana Torres. "Colaborar con una firma de tal envergadura como es Dior, fue un reto y un privilegio para nosotros. Entre ambas firmas hemos creado una pieza de lujo, única, exclusiva y preciosa. Ver como nuestro trabajo conjunto ya no es un prototipo o idea, si no una realidad ha sido algo maravilloso. Ha sido un éxito tanto para nosotros como para Christian Dior", aseguraba a HOLA.com. Y es que, aunque haya pocos, los que quedan son excelentes.
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