Los ojos de la prensa especializada se encuentran fijos este martes en la capital inglesa de cara a la visita de Estado que realiza el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa. El mandatario y la primera dama han sido recibidos por los príncipes de Gales esta mañana en el Hotel Corinthia para trasladarse posteriormente al Horse Guards Parade, donde se ha celebrado la ceremonia oficial de bienvenida. Allí, Kate ha derrochado sofisticación con un total look burdeos que ha rematado con el histórico broche 'Príncipe de Gales' y unos pendientes de perlas que pertenecieron a su suegra.
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Un refinado look burdeos con tocado 'pillbox' de lazo XL
En tan solo unas horas, Kate asistirá a su primera cena de Estado desde que asumió el título de princesa de Gales hace apenas dos meses, oportunidad de oro para verla vestida de gala y luciendo una de las históricas tiaras familiares. La expectación es máxima y, consciente de ello, la mujer del príncipe Guillermo ha optado por la elegancia de un vestido-abrigo en conjunto con un tocado al tono.
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Hablamos de un diseño de lana con cuello de solapas, falda acampanada ligeramente plisada y un cinturón del mismo tejido que resalta la silueta de Kate simulando la forma de un reloj de arena. Una creación de color burdeos hecha a medida que la prensa inglesa atribuye a la diseñadora Emilia Wickstead, autora de numerosas piezas de abrigo muy similares presentes en el armario de la princesa. Tal es el caso que ya posee este mismo ejemplar en sus versiones rosa, verde y azul marino.
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Desde su nombramiento como princesa de Gales, Kate ha modificado su estilo de vestir en favor de apuestas carentes de estridencias que además se acoplen a la crisis económica y social que están viviendo los habitantes de Reino Unido. Estas últimas semanas, se ha decantado por looks monocromáticos muy sencillos de construir, una fórmula favorecedora y práctica que no ha abandonado esta mañana.
Como tocado, ha escogido un ejemplar de tipo pillbox con lazada XL realizado en terciopelo burdeos, obra del sombrerero Sean Barret; sus salones de ante budeos, firmados por Gianvito Rossi; el bolso de mano Bayswater, de Mulberry England, confeccionado con ante del mismo color, para culminar, un par de guantes cortos al tono.
La historia del colgante 'Príncipe de Gales'
El 10 de marzo de 1863, el príncipe Eduardo VII del Reino Unido se casó con la princesa Alexandra de Dinamarca y, como era costumbre en esa época, varias organizaciones de todo el Reino Unido le presentaron regalos de boda a la novia, su futura reina. Ladies of North Wales obsequió a Alexandra este impresionante colgante, que además puede servir de broche. Fue heredado por la reina María de Teck y, después, por la Reina Madre Isabel, quien finalmente se lo regaló a Diana de Gales.
La pieza consiste de un óvalo de 18 diamantes de talla brillante acentuados con pequeñas esmeraldas, que rodea las plumas de avestruz del emblema Príncipe de Gales. Estas plumas también están engastadas con diamantes y se sitúan sobre un pergamino con el lema "Ich Dien", que se traduce del alemán a "Yo sirvo". Completando el broche, un colgante de esmeralda cabujón desmontable se suspende de la parte inferior del óvalo.
Se dice que a la madre de Guillermo le encantaba el broche, pues lo llevaba a menudo, con o sin la gota de esmeralda. Durante la década de los ochentas, lo lució como broche o a modo de colgante, como vemos en la imagen posterior, que data de 1982 y fue capturada en una gala del Royal Opera House de Londres. De hecho, Kate ha seleccionado para el recibimiento oficial del presidente de Sudáfrica los mismos pendientes que adornan este posado de su suegra. ¿Coincidencia o guiño?
Los pendientes también pertenecieron a la princesa Diana
Hablamos de los icónicos pendientes Collingwood, que fueron un regalo del príncipe Carlos a Diana de Gales en los meses previos a su boda, en 1981. Un diseño de pequeños diamantes con perla colgante en forma de lágrima que la madre de Guillermo llevó una y otra vez hasta su muerte. Tras darse el 'sí quiero' con el príncipe heredero hace una década, Kate ganó acceso a este exclusivo par, el cual ha ostentado en señaladas ocasiones, como el cortejo fúnebre de Isabel II.
De Camilla a Kate: qué representa esta joya
Por su estatus de reliquia real, el broche fue devuelto a la reina Isabel II al finalizarse el divorcio de los príncipes de Gales, en 1996. ¿Quién lo ha tenido en sus manos desde entonces? Sin una princesa de Gales que pudiera usarlo, el broche permaneció oculto hasta que la entonces duquesa de Cornualles lo recuperó en octubre de 2006, un año después de casarse con Carlos de Inglaterra.
Se cree que el primogénito de Isabel II estaba particularmente interesado en que ella lo tuviera en señal de que algún día se convertiría en reina consorte, título del que sí presume actualmente. Eso sí, Camilla nunca usó este broche como colgante, quizá porque este uso sigue asociándose con la primera esposa del príncipe Carlos.
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