Se encuentra en Milán por trabajo, pues ayer participó en el desfile de Versace compartiendo pasarela con otras celebrities como las hermanas Hadid o la mismísima Paris Hilton. Pero cuando la agenda de Irina Shayk se despeja un poco, la modelo no pierde la oportunidad de asistir en calidad de invitada a otras presentaciones dentro de la Semana de la moda italiana, que está a punto de llegar a su fin. Hace tan solo unas horas, Giorgio Armani mostraba su colección primavera-verano 2023 ante el público. Y entre los asistentes se encontraba también la rusa, quien a menudo se deja ver en los eventos que organiza la firma italiana. Antes de sentarse en el front row, ha posado a las afueras sorprendiendo con una sofisticada elección que se salía de lo común.
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Esta vez ha decidido huir de las siluetas superfemeninas como el slip dress con el que posó en Venecia, para decantarse por una alternativa radicalmente contraria. Irina posaba con este traje de la casa italiana con un claro estilo masculino, un tres piezas que se ajustaba perfectamente a su silueta, formado por un pantalón recto de tiro alto, una camisa con solapas y una americana entallada. A juego, por supuesto, una corbata y unos zapatos de cordones brillantes. Una elección con la que ha conseguido convertirse en una de las invitadas más elegantes, gracias a este look de inspiración ejecutiva por el que se ha decidido.
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Romper con las reglas y, sobre todo, con el género, parece haber sido el objetivo de la modelo en esta ocasión, que además ha prescindido también de un maquillaje excesivamente cargado. Si en el Festival de Cine de Venecia vimos cómo se atrevía con un delineado de 'efecto antifaz', cubriendo de negro la totalidad de sus párpados, en Milán ha preferido apostar por un look mucho más natural. Más allá de la base y unos labios rosados, apenas se podía apreciar atisbo de sombras o máscara de pestañas. Una elección sencilla que también se sintoniza con su peinado, totalmente liso.