Después de 12 días de luto y actos conmemorativos por diferentes rincones de Inglaterra para despedir a la Reina de las reinas, hoy tiene lugar el funeral de Estado de Isabel II en la Abadía de Westminster. Un momento histórico cuyo protocolo está estudiado al milímetro y se ha ensayado durante décadas, que hoy acoge a la mayor concentración de representantes de la realeza y 500 líderes políticos mundiales. Entre los invitados más elegantes destaca Meghan Markle, quien con su vestuario negro sigue la elegante estela de luto y respeto que ha lucido en sus apariciones estas tristes semanas para su familia política.
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Como era de esperar, ha vuelto a demostrar su buen sentido del gusto enfundada en un estilismo icono que pasará a la historia por ser uno de los más bonitos. Dejando a un lado los clásicos abrigos que actúan como prenda protagonista, en este caso ha optado por un vestido-capa de corte midi con cuello cerrado de Stella McCartney que esconde un precioso guiño a la abuela de su marido, el príncipe Harry. No es la primera vez que la duquesa de Sussex estrena este tipo de conjunto que adora la reina Letizia y la reina Máxima de Holanda, captó toda nuestra atención en un día muy señalado allá por el mes de abril de 2018, concretamente en la celebración del 92º cumpleaños de Isabel II, con un diseño en azul marino.
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En esta importante ocasión para la historia de la familia real británica, esta elección de diez la ha combinado de forma magistral con una preciosa pamela de ala curvada confeccionada en rafia y ladeada hacia la derecha que aporta además de sobriedad, un toque glamuroso a su look. Un delicado y protocolario accesorio del famoso sombrerero Stephen Jones para la casa parisina de Dior, que la conecta con el que luce Kate Middleton para el mismo acto, y que resulta ser un modelo idéntico -aunque en otro color- que la americana llevó en la celebración del Jubileo de Platino el pasado junio. En cambio, Meghan lo ha completado con joyas más sencillas y minimalistas, con un par de pequeños y discretos pendientes de perlas -piedra que adoraba Isabel II- y diamantes, resulta ser aquellos que también lució hace unos días en la capilla ardiente y que guardan un pequeño simbolismo, los estrenó en su primer compromiso oficial con Isabel II, quien se los regaló.
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Siguiendo la misma estela, en sus brazos ha llevado el icónico brazalete Love en oro amarillo de Cartier de más de 7.000 euros, y ha optado por un maquillaje sencillo con labios y mejillas rosadas, ojos marcados con sombras oscuras, medias negras muy finas y altísimos zapatos de salón con punta afilada. A su llegada a la Catedral junto a la duquesa Sophie de Wessex, podemos verla portar en sus manos un par de guantes de seda, otro emotivo gesto que la americana ha querido a rendir a la difunta royal, ya que le apasionaba este complemento y los lucía en varios colores.
Los otros estilismos de Meghan Markle
En su primera aparición para ver las flores y los mensajes depositados en honor a la monarca en los alrededores el castillo de Windsor junto a su marido el príncipe Harry y los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, fue fiel a su estilo ya consolidado con un vestido negro con escote barco, un corte muy similar al que llevó en su boda en mayo de 2018. En cambio, para acompañar el servicio religioso en la capilla ardiente el pasado 14 de septiembre para despedir a la monarca que reinó siete décadas, apostó por un precioso abrigo con mini-capa sobre hombros de Givenchy y casquete negro con redecilla.
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