Las tardes sombrías se suceden en Reino Unido desde que el pasado 8 de septiembre falleció a los 96 años la reina Isabel II en el castillo de Balmoral. Este miércoles, los Windsor han participado en un cortejo fúnebre que ha trasladado el féretro de la soberana hasta Westminster Hall, donde permanecerá hasta el funeral de Estado que se celebrará el 19 de septiembre. Todos los miembros de la familia presentes en el homenaje se han ceñido al protocolo de luto en señal de respeto, pero la actual Princesa de Gales ha ido un paso más allá al desempolvar unos pendientes de perlas de Diana de Gales y un broche antiguo del joyero de Su Majestad.
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Kate se ciñe al protocolo con un abrigo negro y joyas históricas
La duquesa de Cambridge y Cornualles se ha mostrado emocionada durante el servicio en la Abadía de Westminster, donde permanecerán los restos mortales de quien fuera la abuela de su marido, el príncipe Guillermo. Como dicta el protocolo, ha vestido al completo de negro, decantándose por un abrigo de cuello camisero, ajustado a la cintura y dotado con bolsillos frontales, firmado por Catherine Walker. Se trata, de hecho, de un diseño que también posee en color crudo y que jamás había lucido en su versión de punto negro. Lo ha conjuntado con un tocado de redecilla que cubre parcialmente su rostro, pero no esconde su semblante triste.
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Lo llamativo del estilismo y la razón detrás de estas palabras radica en su elección de joyería, repleta de guiños a la desaparecida monarca. El broche de la princesa Kate está compuesto por tres hojas, cada una de las cuales está delineada en oro amarillo y contiene una gran perla en su centro rodeada a su vez por pequeños diamantes. Incluso a las seguidoras más devotas de la Familia Real les costará reconocerlo, puesto que apenas se lo vimos a Isabel II en un único acto público.
Este complemento es una de las piezas más extrañas del joyero de la Reina, puesto que solamente lo llevó una vez en sus 96 años de vida, durante su visita a Corea del Sur en 1999. Tuvieron que pasar 18 años para tener nuevas noticias sobre este broche histórico, cuando la entonces duquesa de Cambridge lo llevó en una visita a Bélgica con motivo del centenario de Passchendaele. Se sabe que, desde entonces, permanece en su cajonera.
Los accesorios de perlas que llevó la Reina en Corea, también en el cajón de Kate
Resulta particularmente curioso que tanto los pendientes colgantes como el collar de perlas en tres filas que llevó Isabel II en Corea junto con el broche (en la imagen) ahora forman parte del joyero de Kate Middleton. Quedó evidenciado precisamente ayer, cuando llegó en coche al Palacio de Buckingham portando ambas prendas, pero parece que la Princesa ha querido esperar hasta el cortejo fúnebre para vestir frente a las cámaras la pieza restante del rompecabezas: el misterioso broche de tres hojas.
Los pendientes 'Collingwood' de Diana de Gales
En cuanto a los pendientes que ha seleccionado Kate esta tarde de miércoles, sin embargo, se trata de un par icónico que perteneció a su suegra, la anterior Princesa de Gales. A escasos días de haber obtenido el título que ostentaba 'Lady Di', recupera nuevamente los pendientes Collingwood que complementarón en su día el recordado 'vestido Elvis', también diseñado por Catherine Walker. No es de extrañar, puesto que ya los había llevado en otras importantes citas, aunque ninguna tan solemne como esta.