Están siendo días históricos, duros y muy emotivos para el pueblo británico. El pasado jueves la querida reina Isabel II fallecía en el castillo de Balmoral a los 96 años de edad, por lo que, tal y como dicta la ley, su primogénito, Carlos, era nombrado automáticamente rey de Inglaterra. Aunque hasta dentro de unos meses no tendrá lugar la coronación, hoy es proclamado de manera oficial ante el Consejo Privado y la Primera Ministra. Junto a él, en todo momento, su esposa, Camilla, que, por deseo expreso de su suegra, pasa a ser nombrada reina consorte. Para este momento tan especial, la hasta ahora duquesa de Cornualles ha elegido un estilismo totalmente apropiado, elegante pero sobrio y discreto puesto que se encuentra en un periodo de luto.
Elegancia y sobriedad
Como era de esperar, Camilla ha optado por el negro en esta cita en señal de respeto, tal y como hizo ayer Kate Middleton para ir a recoger a sus hijos al colegio y como han hecho hoy la gran mayoría de los asistentes al solemne acto, incluido su marido y el príncipe Guillermo. Ha lucido un sencillo vestido de escote en pico, manga larga, silueta suelta y falda a media pierna confeccionado en un tejido embellecido con bordados de encaje, una apuesta muy similar a la que llevó ayer a su llegada a Buckingham. A pesar de que las royals habitualmente no recurran mucho a ellas, ha querido completar con unas medias también negras.
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Sus inseparables perlas
Para hacer frente con comodidad a este largo día, se ha calzado unos salones de tacón ancho y bajo. Ha aportado el toque luminoso con un collar que ya le hemos visto en anteriores ocasiones y que se ha convertido en una de las señas de identidad de su estilo, una joya con múltiples hileras de perlas unidas por un broche central de brillantes. Ha completado con algunas de sus piezas habituales en el día a día, como la pulsera de oro con tréboles azules de Van Cleef and Arpels.