Después de meses de preocupación e incertidumbre en torno al estado de salud de la princesa consorte, Charlene de Mónaco ha retomado al completo las actividades de su agenda en compañía del príncipe Alberto, manifiesto de que ambos permanecen ajenos a los rumores de divorcio. Sorprende que desde su reaparición en la vida pública monaguesca, la sudafricana presume de una imagen sobria, muy distinta su habitual estética cañera. Este jueves, la pareja ha presidido una recepción en los jardines del palacio para la prestigiosa casa Van Cleef & Arpels, favorita de Grace Kelly, en la cual Charlene ha querido lanzar un mensaje sobre su matrimonio luciendo una significativa alhaja del joyero real.
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Un símbolo de amor: rescata su querida tiara 'Ocean'
En línea con su nuevo estilo minimalista, que dista mucho de los looks roqueros a los que estábamos habituados, Charlene ha posado con un sencillo mono camisero de color azul marino que cede absolutamente todo el protagonismo a la preciosa gargantilla que cuelga de su cuello. Y no es cualquiera: la tiara Ocean forma parte de su vestidor desde 2011. Se compone de motivos de olas marinas que decoran las ‘puntas’ redondas de este complemento con 850 diamantes que forman la espuma del mar, así como los 359 zafiros en distintas tonalidades que esbozan el océano. En el centro de cada ola, figuran diamantes de cuatro quilates que simulan el reflejo de las gotas de agua frente al sol para rematar esta impresionante obra de Alta Joyería.
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En sus años como princesa, la ha llevado en contadas ocasiones, siendo a pesar de ello una de las piezas más sonadas y alabadas de su joyero real. La historia detrás resulta enternecedora: esta alhaja fue un regalo del príncipe Alberto con motivo de su boda, una pieza que el hijo del príncipe Raniero y Grace Kelly encargó a la casa Van Cleef et Arpels, homenajeada en este cóctel, con un emotivo significado.
Tanto su nombre, Ocean, como el diseño de olas que compone la espectacular pieza es un guiño a la verdadera pasión de Charlene, las aguas. recordemos que esta fue nadadora olímpica en su país de origen, Sudáfrica, pero dejó el deporte una vez asumió su cargo entre los Grimaldi.
Desde su debut, lleva esta tiara como collar
Son escasas las veces en las que Charlene ha optado por lucir la tiara sobre su cabeza, a pesar de ostentar el título de Princesa Consorte del Principado de Mónaco. El gran debut del obsequio ocurrió ese mismo año, tan solo unos días después de la boda, en el Baile de la Rosa de 2011. Allí la estrenó en sintonía con un hipnótico maquillaje de sombras metalizadas y azuladas que resaltaban sus ojos verdes, todo ello en contraste con un vestido de sirena en color grosella, firmado por Carolina Herrera.
La última vez que la vimos lucir la tiara Ocean data de octubre de 2020, cuando asistió junto a su marido a una cena de gala durante su Visita de Estado a Georgia. En aquella oportunidad, la llevó al rededor del cuello, como un collar, tendencia que repitió esta semana cuando la sacó una vez más del joyero. Los expertos aseguran que se trata de una demostración clara de amor ante los rumores de separación de su matrimonio con el príncipe Alberto, que a pesar de los obstáculos y las especulaciones se mantiene sólido de cara al público.