La nieta mayor de los reyes Alberto y Paola de Bélgica ha mantenido un perfil bajo a lo largo de toda su adolescencia, limitando sus apariciones públicas y centrándose siempre en su preparación académica, pero ya con 20 años cumplidos está comenzando a protagonizar actos en solitario, dando a conocer una imagen de sí misma tan sofisticada como distintiva. Hace dos semanas, deslumbró en la gala de cumpleaños de Ingrid de Noruega con un vestido de volantes ochentero y hoy vuelve a demostrar que le fascinan los guiños a la moda 'retro' con un traje bordado de pantalón palazzo y pendientes de trucha.
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Un favorecedor traje brocado con bolero y pantalón palazzo
En su día a día como estudiante en Oxford, Elisabeth suele vestir con vaqueros, tops básicos y zapatillas blancas, como cualquier otra chica de su edad, pero llegado el momento de asumir su rol de heredera al trono belga, su estilo se transforma en uno mucho más elegante.
Con motivo de la inauguración de un laboratorio de impresión 3D en la Universidad KU Leuven de Bélgica, un aula que llevará el nombre de la Princesa, esta ha canalizado su lado más sobrio con ayuda de un traje firmado por Emporio Armani cuya prenda estrella es un bolero con bordado de damero y un escote redondo con cordón ajustable adornado con puntas de pasamanería.A su cintura, se ajusta con dos fruncidos estratégicos el pantalón ancho de tiro alto que alarga las piernas de Elisabeth al máximo, mientras que los pliegues naturales del tejido de jacquard enfatizan su cintura.
Su imagen más adulta: maquillaje luminoso y unos originales pendientes
Casi todos los complementos escogidos por Elisabeth han seguido la misma línea minimalista del resto del ensamblaje. Hablamos de unos sencillos salones de ante nude y un bolso de piel en color crudo con forma de lazo, firmado por Furla. Se completa así un estilismo sartorial made in Italy digno de una futura reina.
Como es habitual, la hija mayor de Mathilde de Bélgica ha recogido su melena castaña en una coleta alta, dejándonos ver otro par de pendientes de su preculiar colección. Muchos de sus accesorios son herencia de su madre, pero estos con forma de pescado y elaborados con acetato son de J Crew.
A diferencia de otras jóvenes princesas europeas, Elisabeth disfruta experimentando de forma sutil con su maquillaje, donde se pueden apreciar sombras en tonos tierra y brochazos de iluminador en zonas puntuales del rostro para resaltar sus pómulos o agrandar la mirada. Finalmente, sus labios están pintados de una tonalidad de rosa muy natural, en sintonía con sus mejillas.