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La casa Dior celebró una gran cena benéfica inaugural para la 59º edición de la Bienal, titulada The Milk of Dreams. Ataviadas con espectaculares vestidos negros de alta costura firmados por la maison, Beatrice Borromeo, Rosamund Pike, Laetitia Casta y más embajadoras de lujo formaron parte de la exclusiva lista de invitadas que se reunieron en el majestuoso Teatro La Fenice de Venecia para rendir tributo a esta alianza por la moda y el arte.
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La cena benéfica que une las dos pasiones de Christian Dior
Para hacer posible este mágico encuentro, Dior ha trabajado con Venetian Heritage, una organización internacional sin fines de lucro con sede en Venecia y Nueva York. Su presidente es Peter Marino, arquitecto de la mayoría de las tiendas de Dior, y a través de esta iniciativa desarrolla diversos proyectos culturales de Venecia relacionados con la conservación, investigación y promoción del formidable patrimonio artístico de 'la reina del Adriático'.
Es por ello que esta cita con el lujo ha coincidido intencionalmente con la inauguración de la Bienal de Venecia, que durará seis meses. La velada ha sido toda una oda a la herencia cultural de la región, anclada al ADN de la maison como una de las múltiples fuentes de inspiración de Monsieur Christian Dior.
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Luces, cientos de flores y una cena de lujo para recordar siempre
Por medio de este evento benéfico inigualable, Dior centra sus esfuerzos para renovar, junto con la fundación, el Museo Ca’ d’Oro, un preciado bien arquitectónico de la ciudad con intensa carga simbólica para la marca. 'La Casa Dorada', traducido literalmente al español, hace eco de las palabras de Jean Cocteau describiendo a su fiel amigo, Christian Dior: “un genio ágil... cuyo nombre mágico combina Dios (dieu) y oro (or)". Precisamente esta simbiosis sentó el tono para la gala del año, donde ningún detalle de la decoración es casual.
Nada más entrar al salón principal, a tan solo metros del gran escenario donde se han interpretado tantas obras maestras de Bellini o Verdi, se puso en marcha un espectáculo de luces para los privilegiados asistentes: una lluvia de oro líquido invadió las de por sí doradas gradas del teatro y, cual luciérnagas, los destellos recorrieron cada rincón de la fachada interior.
El show vino acompañado, por supuesto, de una cena servida en distintas estancias del ostentoso recinto neoclásico, cada una adornada bajo una temática distinta, pero siempre en línea con la pasión bien conocida de Monsieur Dior por las flores. Desde sus inicios, el modisto puso esfuerzos en desarrollar su propia fragancia en paralelo con fin de embotellar las esencias florales que tanto le recordaban a su hermana, Catherine, quien durante la Segunda Guerra Mundial fue secuestrada por la Gestapo y recompensada posteriormente por el Gobierno de Francia con puesto de flores en Les Halles.
De allí surge la inspiración para el vestido Miss Dior, un diseño bañado en flores bordadas (las mismas presentes en la formulación del perfume) que han reinterpretado todos los directores creativos de la historia de la marca. Puede parecer información accesoria, pero son estas las presentes a su vez en los centros de mesa, bordados e ilustraciones que decoran cada uno de los comedores donde disfrutaron el pasado sábado de una velada 'muy Dior'.
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Beatrice Borromeo, una princesa 'gótica' en Venecia
Al encuentro no pudo faltar Beatrice Borromeo, amiga de la casa, quien ha posado a su llegada del brazo de su marido, Pierre Casiraghi. Siguiendo el inmaculado dress code, la italiana lució un vestido negro de la colección de Alta Costura Primavera/Verano 2018 que se compone de dos partes: la interior, formada por un top encorsetado y culotte de tejido opaco; y la exterior, confeccionada con una tela transparente que cubre desde el cuello hasta los pies y que deja entrever la espectacular figura de la royal.
El estilismo se completa con unas medias de lunares, visibles a través de las aberturas de la falda, y un elegante abrigo-capa, complemento popular en los armarios de doña Letizia y Máxima de Países Bajos.
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A pesar de la fuerte presencia del negro, no hemos echado en falta un toque de color. Destacan sus pendientes en clave XL de esmeralda sobre un marco dorado. En contraste con la oscuridad del vestido, el maquillaje luminoso funciona como el contrapunto perfecto en el que un ahumado centelleante a base de sombras en tonalidades champán y el eyeliner que dota a la mirada de una expresión felina, convierten al rasgo en el foco de un look que culmina con una piel radiante de acabado ultra natural.
Deslumbrantes y vestidas de negro, las amigas de la casa Dior
El glamour era un requisito para las selectas asistentes, muchas de ellas embajadoras de la firma, que bien saben cómo reinterpretar la elegancia eterna del color negro mediante elementos rompedores o modernos... Y mucho más con la ayuda de las creaciones de Alta Costura de Dior. La top model Laetitia Casta, atrevida como ella sola, brilló con un cuerpo semitransparente de encaje y falda de tul superpuesta, rematado con clásicos salones negros. No necesitó más.
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Por su parte, la galardonada actriz Rosamund Pike, fiel a su estilo híbrido, se decantó por un vestido Old Hollywood confeccionado al completo con tul semitransparente y mangas de estilo chal totalmente traslúcidas, a la imagen de las antiguas estrellas de cine. Al igual que Beatrice, la protagonista de Gone Girl recurrió al poder de los complementos para culminar su estilismo de gala, optando por un choker roquero que contrasta absolutamente con el romanticismo del traje.
En esta gala, encontramos a viejas amigas de la casa que incluso llegaron a frecuentar al diseñador en su momento cumbre, como es el caso de la icónica Catherine Deneuve, fabulosa con un look de encaje floral con cuello a la caja y mangas francesas del que resaltan sus vibrantes accesorios. En el otro extremo, una revelación de los años recientes, la actriz Maya Hawke, hija de Uma Thurman e Ethan Hawke, que derrochó elegancia con su sensual cuerpo con aberturas sobre su vestido de encaje y tul.
El compromiso de Dior con el arte 100 años después
En 1928, con 23 años, Christian Dior logró convencer a sus padres para abrir una galería de arte en París, donde daría a conocer los distintos movimientos de vanguardia que estaban conquistando su acelerada mente creativa. Casi un siglo después, Maria Grazia Chiuri sigue la estela del fundador con su contribución a la Bienal de Venecia 2022, donde se presentarán artistas estrechamente vinculados a la casa, como Carla Accardi, Tomaso Binga, Sonia Delaunay y Leonor Fini.