Cada 25 de abril, Australia y Nueva Zelanda homenajean a sus soldados caídos en el día ANZAC, una fecha patria que une también al resto de países de la Commonwealth y congrega anualmente a los Duques de Cambridge en la Abadía de Westminster para un servicio religioso. Como es habitual, Kate ha hecho gala de su estilo clásico, pero no se trata de un look cualquiera. Ha recuperado un abrigo que la conecta con su hija Charlotte y pendientes heredados de su suegra, Diana de Gales, exaltando el valor de la familia en un día para recordar.
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- ¿Te resulta familiar su último 'look'? La Duquesa de Cambridge abre su vestidor más exclusivo
Un look 'binomio' que trae bonitos recuerdos
Para este servicio religioso, Kate ha optado por la solemnidad que solo podía aportar una de sus piezas de abrigo más queridas, este diseño blanco de Alexander McQueen que protagonizó el bautizo de la princesa Charlotte, otra ceremonia de carácter sagrado.Se trata de un abrigo con amplias solapas, cintura marcada y largo hasta las rodillas que la Duquesa ha decidido conjuntar con su clutch de ante negro, de Jenny Packham, y unos salones del mismo tejido, de Gianvito Rossi.
Su abrigo más especial y los pendientes de Diana de Gales
El 5 de julio de 2015, la Familia Real Británica se reunió en la Iglesia St. Mary Magdalene de Sandringham para conmemorar el primer sacramento de la princesa Charlotte, cita en la que la duquesa de Cambridge estrenó esta pieza de abrigo, una de sus preferidas. Volvió a llevarla durante el tradicional evento Trooping de Colour de 2016 y, un año más tarde, en una Visita Oficial a Bélgica.
Sus complementos para esta ocasión, sin embargo, distan mucho de aquellos que llevó hace casi siete años, pero son igual de significativos. Hablamos, antes que nada, de los icónicos pendientes Collingwood, que fueron un regalo del príncipe Carlos a Diana de Gales en los meses previos a su boda, en 1981. Un diseño de pequeños diamantes con perla colgante en forma de lágrima que la madre de Guillermo llevó una y otra vez hasta su muerte.
¡Alerta invitada! Un nuevo tocado en su vestidor
A pesar de la potente anécdota detrás de estos pendientes de la corona, ha destacado sobre todo su nueva diadema, el halo Calypso de Jane Taylor, confeccionado en tweed británico de color blanco, a tono con su traje. Sorprende especialmente el detalle posterior, un elegante lazo negro que recuerda a los tocados invernales de las antiguas monarcas europeas.