Este fin de semana el príncipe Harry y Meghan Markle regresaban a Europa juntos por primera vez desde hace ya bastante tiempo. Un viaje que causaba gran expectación y que han querido comenzar con una visita sorpresa a la reina Isabel II en el castillo de Windsor, donde también se encontraron con Carlos de Inglaterra. Posteriormente, viajaron a los Países Bajos para asistir a la inauguración de los Juegos Invictus en La Haya. Su llegada comenzó en el estadio Zuidepark, al que acudieron acompañados de las autoridades locales y fueron arropados por la calurosa bienvenida del público allí presente. Para la ocasión, Meghan se decantó por un impoluto look blanco con traje sastre que promete convencer a las novias más atrevidas.
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El estilo que conquista a las royals españolas
Dejando de lado los vestidos y siguiendo el estilo que ha conquistado Hollywood y a las royals españolas, la Duquesa creó un look redondo con este dos piezas de Valentino. Un traje compuesto por una chaqueta tipo blazer de estructura recta y corte ligeramente oversize y un pantalón ancho que, gracias a la altura del tacón, conseguía el efecto de piernas más largas y estilizaba su silueta. De hecho, se trataba de los zapatos de Aquazzura que llevó a su boda con el príncipe Harry. Un bolso bandolera de Valentino con asa de cadena dorada y joyas al tono ponían el toque final a este conjunto.
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Un maquillaje muy natural
La naturalidad y sencillez de su estilismo se vio potenciada por el look beauty, a través de un maquillaje muy natural centrado en enmarcar la mirada con un lápiz negro y pestañas extra largas. El color blanco del traje potenciaba el tono bronceado natural de Meghan, con lo que solo bastó un labial rosado y un ligero toque de color en las mejillas para verse verdaderamente favorecida. Su melena, que con el reflejo del sol parecía mostrar mechas o brillos en tonos rojizos, caía suelta sobre sus hombros creando ondas amplias y marcadas, seguramente realizadas con planchas o moldeador.
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El mensaje que podría esconder su look
Pero, a pesar de ser plena tendencia y de lo mucho que favorece a las morenas el color blanco, la elección de Meghan podría estar enviando un claro mensaje, como ya hiciera con el vestido azul que llevó en los NAACP Image Awards o su último look navideño. Asociado a la pureza y la inocencia, el blanco es el color utilizado como símbolo de paz por excelencia. Una elección quizá poco casual teniendo en cuenta que esta se trataba de la primera visita a Europa de Meghan tras su traslado a California y su desvinculación de la corona Británica.