Este sábado, Meghan Markle y el príncipe Harry reaparecían en público para recoger un premio en honor a su labor social. Se trataba del Premio del Presidente, uno de los galardones más importantes de los NAACP Image Awards (Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color), cuya celebración tuvo lugar en California. Para la ocasión, Meghan escogió un vestido azul de escote asimétrico obra de Christopher John Rogers. Un look para nada aleatorio con el que la protagonista de Suits quiso lanzar varios mensajes, como ya es habitual en sus apariciones.
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La elección del diseñador
En primer lugar, cabe destacar que tanto el modista encargado de crear el vestido de Meghan como Ozwald Boateng, el experto en sastrería en el que Harry confió para confeccionar su traje, son diseñadores negros. Un claro guiño al significado del premio que estaban recibiendo. Christopher John Rogers es además conocido por vestir a mujeres como Michelle Obama, Lady Gaga o Beyoncé, una lista de clientas famosas por su fuerza, carácter, labor social y lucha por la inclusión, a la que ahora se suma Meghan.
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El diseño presentaba una abertura lateral en la falda así como un escote asimétrico con un solo tirante, del que nacía una capa de tul de color azul turquesa. Confeccionado en un tejido de seda, el diseñador habría personalizado el vestido especialmente para Meghan, quien lo lució al más puro estilo Hollywood. Estilo que se apreciaba más significativamente en su melena, peinada hacia un lado con las características ondas hollywoodienses.
El guiño a Diana y la importancia del color
Tampoco el color del vestido parece haber sido elegido al azar. Y es que, además de ser una tonalidad relacionada con la estabilidad, el poder, la protección y la generosidad, fue un color que estuvo muy presente en el vestidor de Diana de Gales (en el anuncio de su compromiso con el príncipe Carlos de Inglaterra, por ejemplo), quien solía lucirlo precisamente a través de vestidos asimétricos como el de Meghan. Pero el guiño a Lady Di no se quedó ahí, sino que la mujer del príncipe Harry quiso hacerlo más expreso incluyendo en el conjunto una pulsera de piedras azules que habría pertenecido a la princesa Diana.