Los Reyes han aterrizado en Suecia esta tarde, once años después de su último viaje a dicho país, cuando los entonces príncipes de Asturias asistieron a la boda de Victoria de Suecia. Hace apenas unas horas, se ha celebrado la despedida oficial con honores en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde pudimos ver a doña Letizia con una sobria apuesta a dos tonos definida por la comodidad. Como primer compromiso en esta visita de Estado, ha protagonizado la recepción a la colectividad en la Embajada de España con uno de los diseños más curiosos de su armario, un vestido asimétrico y deshilachado del que se desconoce su autor.
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- La apuesta de la Reina para viajar a Suecia: botas de piel y pantalones anchos
Doña Letizia luce por tercera vez su intrigante vestido blanco
Habrá que esperar hasta mañana por la noche para ver a la Reina ataviada en uno de sus espectaculares vestidos de noche en la cena de gala ofrecida por Carlos Gustavo y Silvia de Suecia. Mientras tanto, imperarán los estilismos de corte más casual, aunque no por ello relajados. Su primer cambio de ropa en el país nórdico la ha llevado a reciclar una de sus apuestas más intrigantes, pues se desconoce el sello que la firma. Se trata de un impoluto vestido blanco de mangas largas y ribetes sutilmente deshilachados, con efecto fajín a la cintura y falda de bajo asimétrico, dos elementos que no solo le aportan una figura de 'reloj de arena' sino que la estilizan al máximo.
A pesar de no tener información sobre el origen de esta pieza, sí sabemos que la ha lucido en dos ocasiones, ambas con fecha del año 2020: la solemne apertura de la XIV Legislatura, en febrero, y -posteriormente- en diciembre, cuando ambos viajaron a Barcelona para hacer entrega del Premio Cervantes a Joan Margarit.
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Complementos significativos y joyas históricas
No es coincidencia tampoco que, tanto en aquellas ceremonias como en la recepción de esta tarde, haya conjuntado este especial diseño con sus salones de serpiente y el bolso de mano a juego con tachuelas, ambos de Magrit, dejando claro que se trata de un look de tres piezas que no está dispuesta a disolver. En cuanto a los accesorios, no ha faltado su inseparable anillo circular, de Karen Hallam, aunque el papel estelar se lo han llevado unos pendientes del joyero de la Casa Real compuestos por siete diamantes de los que cuelga una perla, el broche de oro perfecto para este look 'nórdico'.