A punto de cumplirse cuatro meses desde el nacimiento de su segunda hija, Lilibeth Diana, y más de un año y medio después de anunciar su deseo de alejarse de Palacio, parece que los duques de Sussex vuelven a la vida pública. Desde que se mudaron a Estados Unidos, han protagonizado varias apariciones, casi con fines solidarios y de manera virtual debido a la crisis sanitaria, pero todo apunta a que, poco a poco, irán retomando sus compromisos presencialmente. Ayer asistieron a varias reuniones en Nueva York, donde Meghan lució dos conjuntos que asentaban las bases de su estilo en esta nueva etapa americana. Eso sí, a pesar del minimalismo y corrección de estas elecciones, no logró evitar las críticas, y es que hubo quien dijo que iba demasiado abrigada para las temperaturas que todavía se dan en la Gran Manzana.
Diseños infalibles y atemporales
La Duquesa finalizaba sus citas de la jornada con un sencillo look compuesto a base de prendas de fondo de armario, algunas de las que ya habíamos visto anteriormente. Apostaba por un vestido de punto negro con efecto estilizador tanto por su color como por su corte entallado, una pieza de cuello perkins, manga larga y falda midi recta al que sumaba zapatos a juego, concretamente unos stilettos de terciopelo con tacón fino firmados por Giorgio Armani que nunca había lucido en público.
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Para completar, optó por uno de sus abrigos más característicos, el diseño tipo batín en tono camel que ha llevado en varias ocasiones (y que también tiene Victoria de Suecia) firmado por Max Mara. Eso sí, no se trata de la versión que le habíamos visto antes, sino una ligeramente más corta. Completó con un bolsito de mano estilo años 50 de Valextra y unas gafas de sol en clave XL con detalles de carey de la marca Valentino.
Tanto este conjunto como el que eligió apenas unas horas antes dejan clara la estrategia estilística de Meghan en Estados Unidos: el minimalismo. Es cierto que ya durante su época en Londres se caracterizó por recurrir a ese tipo de prendas sencillas que configuran un fondo de armario atemporal, pero tenía que adaptarse a los distintos protocolos y eventos y solía abogar más por diseños algo más marcados y accesorios potentes.
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No evita las críticas
Todo apunta a que ahora prefiere invertir en modelos clásicos que no pasen de moda, algo que encaja totalmente con su lucha por la sostenibilidad y el medioambiente. Además, hay quien ve detrás de estos looks una voluntad de emular la elegancia sobria pero de tendencia de figuras públicas como Kamala Harris o Michelle Obama, quienes han recurrido recientemente a combinaciones similares.
Sin embargo, no ha sido esa conexión la que ha generado los comentarios en redes, sino lo abrigada que iba Meghan para la temperatura que hacía en Nueva York. Hay quienes no han entendido que, haciendo 26 grados de máxima, decidiera llevar cuello alto y abrigo. Como es habitual en ella, ha conseguido protagonizar numerosos de mensajes sin quererlo y por el detalle más inesperado.