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Mónaco acogió anoche su quinta gala por la salud del planeta, una velada solidaria presidida por el príncipe Alberto que ha reunido a celebrities y miembros de la realeza, con Sharon Stone como invitada de honor. De la mano de su hermano, Carolina de Mónaco acudió, como de costumbre, en representación del resto de la Casa Grimaldi, pues aunque nos hubiera gustado ser testigos de un momentazo de estilo madre-hija con Alejandra de Hannover o Carlota Casiraghi, estas no han podido asistir al evento benéfico, ni tampoco la princesa Charlene, quien todavía se encuentra recuperándose de su enfermedad en Sudáfrica. A pesar de ello, la elegantísima heredera de Grace Kelly ha demostrado por qué se encuentra siempre entre las invitadas reales mejor vestidas.
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Su faceta de moda más discreta
Si bien no posó con sus hijas, estuvo acompañada por su primogénito Andrea Casiraghi y su sobrina Pauline Ducruet, quien llevaba dos meses sin acudir a un evento de este estilo tras suscitar rumores de embarazo en otra gran cita benéfica. En esta ocasión, Carolina de Mónaco recurrió a una silueta clásica de cuello redondo con discreto escote en pico, manga francesa (sus favorita) y falda a dos capas con bajo festoneado, todo elaborado en un tejido de brocado vegetal en tonalidades frías.
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La hermana de Alberto de Mónaco es bien conocida por su maximalismo refinado a la hora de vestir, una filosofía que solo ella sabe aplicar a la perfección, y su fidelidad casi inquebrantable a la casa Chanel, incluso tras la muerte de su amigo Karl Lagerfeld. Por ello, no sorprende que haya escogido este diseño perteneciente a la colección Alta Costura Primavera/Verano 2021 de la firma francesa.
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Como es habitual en ella, ha mantenido el look de belleza en la línea de lo sencillo con un maquillaje natural y su melena bob peinada hacia un lado, haciendo alarde de sus mechas grey blending, la tendencia que triunfa entre royals y famosas para abrazar las canas a cualquier edad. En cuanto a los complementos, que suelen ser el punto fuerte de sus estilismos de gala, ha coordinado sus joyas con el vestido al decantarse por los pendientes florales con piedras de colores (y su colgante a juego), los mismos que lució aquella vez que se fijó en el vestido rojo más icónico de doña Letizia.
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Sharon Stone, una princesa en Mónaco
La actriz estadounidense asistió para recibir el premio Lifetime Achievement en reconocimiento a su compromiso humanitario en cuestiones relacionadas con el medioambiente y escogió un vestido a la altura de tal galardón. Siguiendo su recién instaurada tradición de lucir amplísimos faldones de princesa sobre la alfombra roja, como ya había demostrado en Cannes, Stone lució un diseño en color morado intenso de escote corazón con falda a capas abullonadas, firmado por Dolce&Gabbana y complementos (bolso de mano y sandalias de tacón) de la misma casa italiana. En un look de alto impacto como este, no podían faltar las joyas, por lo cual seleccionó unos pendientes de oro blanco de 18k engastados de diamantes talla pera y talla brillante y un anillo de oro blanco de 18k engastado con una aguamarina talla oval de 13.44 quilates, aguamarinas y diamantes. Ambas son piezas de la colección de Alta Joyería de Chopard.
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