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Aparte de nuestros padres, suelen ser los abuelos quienes nos cuidan, nos ven crecer y se enorgullecen de nuestros logros. Es por ello que el bautizo de Julian, hijo menor de Carlos Felipe y Sofía de Suecia, ha sido un día especialmente memorable para los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia. La abuela del recién nacido ha derrochado elegancia, como es costumbre cada vez que se celebra algún acontecimiento familiar de esta magnitud. Al igual que varias de las selectas invitadas, ha escogido un tono pastel para este estilismo de tres piezas que esconde un legendario sello de amor a su marido.
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- Sofía de Suecia estrena un romántico vestido bordado en el bautizo de su tercer hijo
El uniforme atemporal de las Reinas
Acorde con los códigos de vestimenta para ceremonias matinales, la abuela del príncipe Julian escogió un conjunto de tres piezas en tonalidad azul pastel, casi aguamarina, compuesto por un vestido midi de falda tubo y chaqueta corta de tweed a juego y un tocado al estilo pillbox, que inevitablemente recuerda a los sofisticados trajes popularizados por Jacqueline Kennedy en sus años como primera dama. Como toque final, los zapatos de tacón satinados de la Reina consorte Silvia estaban forrados en el mismo tejido de sus guantes.
La joya más especial de todas
Más allá de sus pendientes y brazaletes con perlas, llamó especialmente la atención el broche prendado a la gran lazada que se asomaba por su chaqueta. Con borde de pequeños diamantes, presenta en su centro una fotografía antigua del mismísimo rey Carlos Gustavo, su marido y acompañante en este importante sacramento. Se trata de un complemento familiar que poseen las mujeres de la familia y hoy ha querido llevarlo ella en homenaje al legado real que continúa escribiéndose, gracias al nacimiento de su querido nieto menor, el príncipe Julian.
La historia se repite: de Carlos Felipe de Suecia al príncipe Julian
Más recientemente, lo más habitual es ver a su hija Victoria, la Princesa heredera, ostentando esta simbólica joya en sus apariciones públicas, como conciertos o entregas de premios. Sin embargo, durante varias décadas fue Silvia de Suecia quien lo incorporó a casi todos sus looks. Esta imagen fue tomada en el Palacio Real de Suecia, en 1979, en el bautismo del príncipe Carlos Felipe, quien hoy celebra el mismo primer sacramento de Julian. Más de 40 años después, el niño viste exactamente el mismo faldón que su padre.
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