El mundo de la moda, como todo, está compuesto por altos y bajos. En pleno mes de la Alta Costura, que nos permite ser testigos de grandes innovaciones de indudable dominio artesanal, también hemos recibido una triste noticia para la industria española. Delpozo, una de las firmas made in Spain con mayor proyección internacional, anunció ayer que cerrará sus puertas. La heredera de la marca homónima Jesús del Pozo ha vestido a incontables modelos, personalidades del cine e incluso royals. Esta forzosa decisión es resultado de una fallida negociación de venta, que ha culminado en el fin de una casa que nos invitó a soñar con sus creaciones vibrantes y optimistas.
Orígenes madrileños y una clientela envidiable
En 1974, Jesús del Pozo estableció la marca en la capital utilizando su propio nombre y con ella ganaría renombre a nivel nacional. Al fallecer el diseñador en 2011, el grupo Perfumes y Diseño adquirió al completo la marca bajo la promesa de mantener vivo su legado artístico. Para darle nuevos aires, ficharon a Josep Font como director creativo y cambiaron su nombre a, simplemente, Delpozo. El paso del modista catalán tuvo una duración de seis años, en los que consolidó la firma entre las famosas, como la entonces primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, a quien vistió en más de una ocasión.
- Zendaya, la mejor embajadora de la moda española
Ascenso meteórico en sus últimos años
En 2013, debutó en la Semana de la Moda de Nueva York para, un año después, abrir su primera tienda en Miami. Delpozo simbolizó un universo romántico y plagado de fantasía, donde primaron los apliques florales, colorida pedrería y los amplios volúmenes en tonalidades pastel, una apuesta bien recibida cuando buscamos un momentazo de alfombra roja. En este tiempo, Font fue el encargado de vestir a Zendaya Coleman, Kerry Washington, Margot Robbie, entre muchas otras actrices, aunque en España ganó especial fama tras confeccionar uno de los looks más alabados de doña Letizia.
- El fin de la era de Josep Font al frente de Delpozo
Delpozo cierra sus puertas
Tras la salida de Font, se nombró a Lutz Huelle como sucesor con un propósito claro: ampliar la clientela en un mercado acelerado y difícil para las marcas artesanales. La solución en aquel entonces fue una rebaja en sus precios, manteniendo el enfoque juvenil y divertido, aunque la crisis a raíz de la pandemia solo empeoró el panorama. Con todo el pesar, y tras 37 años de existencia, la empresa ha tenido que enfrentarse a la liquidación ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo de venta que pudiera rescatarla.
En nuestra memoria quedarán siempre los arquitectónicos diseños de aires pueriles, casi de cuento de hadas, que han paseado por estrenos de cine, entregas de galardones, citas protocolares entre gobiernos y ceremonias reales, dejando en alto a la moda española.