El pasado sábado 17 de abril, la Familia Real británica se reunió en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor para dar su último adiós al duque de Edimburgo, que falleció a los 99 años el 9 de abril. Una solemne ocasión marcada por las medidas sanitarias pertinentes con motivo de la pandemia y que respetó las últimas voluntades del marido de Isabel II, que no quería un funeral de Estado. En total, solo 30 invitados participaron en esta despedida a las 15:45 horas peninsular. Entre ellos, se encontraban los príncipes Harry y Guillermo. Este último fue acompañado de su esposa, la duquesa de Cambridge, quien respetando el protócolo lució un look sobrio y con un recuerdo a la madre de su esposo (así como a la reina de Inglaterra) al incluir una joya histórica.
En deferencia al protocolo marcado por la Reina -Morning Coat with medals or Day Dress, es decir, chaqué o traje con medallas y vestido de día en color negro- para el funeral del duque de Edimburgo, Kate Middleton escogió un abrigo negro de Catherine Walker (firma favorita de Diana de Gales) con cuerpo entallado y bajo evasé, decorado con una sobria y elegante lazada en el escote. Una pieza que ya llevó en 2018 durante el Royal British Legion Festival of Remembrance. Bajo él, se podía adivinar un vestido de Roland Mouret justo por encima de las rodillas en el mismo tono, un color que también teñía sus zapatos de antelina de Gianvito Rossi, el tocado con velo de Philip Treacy y el bolso de mano de Jimmy Choo que completaban el conjunto, así como en su mascarilla. Todo el conjunto mantenía el riguroso luto en señal de respeto a la Reina, la Familia Real y el duque de Edimburgo.
El significado de las joyas de Kate Middleton
En cuanto a las joyas, la duquesa de Cambridge escogió una pieza icónica con mucho significado: la gargantilla de perlas perteneciente a la colección de Isabel II que llevó por primera vez en 2017 para asistir a la cena de celebración por el 70º aniversario de la boda de la Reina y el duque de Edimburgo en el Castillo de Windsor y que recuperó para rendirle de nuevo homenaje.
Se trataba de una pieza muy especial para la soberana, que fue fabricada por petición propia a partir de perlas cultivadas fruto de un regalo del gobierno japonés, con un broche de diamantes en forma de lágrima. Como piezas complementarias, la Duquesa se decantó por unos pendientes de perlas (también del joyero de Isabel II), la misma combinación que Diana de Gales escogió cuando le tocó lucir la citada gargantilla durante un banquete ofrecido en 1982 por la reina Beatriz y el príncipe Claus de Holanda en el Palacio de Hampton Court con motivo de la visita de la familia real holandesa al Reino Unido. El moño bajo y el discreto maquillaje de Kate no hacían sino mantener la sobriedad del conjunto.
El resto de los miembros de la Familia Real también respetaron rigurosamente el protocolo marcado por la Reina. Camilla de Cornualles lo ha hecho a través de un abrigo negro de corte recto y largo a la altura de las rodillas, que ha decorado con un broche y completado con guantes, salones y un sombrero de ala ancha asimétrica, todo en el mismo tono. La propia Isabel II ha escogido un abrigo de esas características para despedir al hombre de su vida, con pequeñas solapas en forma de estrella, el cual ha combinado con zapatos de tacón bajo, bolso y sombrero al tono. Las franjas blancas de su mascarilla, el colgante de perlas y el broche que decoraba su abrigo ponían luz al conjunto.