Semana intensa para la duquesa de Cambridge. Hace tan solo unas horas sorprendía con un atípico look de gala en una emisión por sorpresa del Museo de Historia Natural de Londres. Para la aparición que protagonizó apostó por una chaqueta de esmoquin y pendientes de perlas, mezcla que se aleja de los vestidazos que suele escoger cuando se trata de deslumbrar en noches de altura. Sin embargo, este miércoles por la tarde, volvía a confiar en su estilo evergreen, ese que parece poder resistir el paso de las tendencias, para otra cita laboral. Kate acudió a un centro de investigación que estudia cómo reducir el riesgo de las complicaciones que pueden surgir durante el embarazo y, para la visita, recurrió a su silueta más característica en el que es su color predilecto.
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Aunque en cuanto llegó al centro de Tommy's tuvo que ponerse una de las batas blancas que utilizan los investigadores, lo cierto es que pudimos fichar el vestido que llevó para la ocasión. Es imposible no reconocer el modelo en azul zafiro de manga larga que se ciñe alrededor del talle y termina en una falda con forma de 'A', ya que se trata de uno de sus creaciones más triunfales. Una creación obra de Emilia Wickstead -que lleva su mismo nombre, Kate- que estrenó hace casi un año, en 2019, y que ahora habría combinado con otro complemento para darle un aspecto completamente distinto. Esta silueta acampanada, discreta y atemporal, es una de las preferidas de la duquesa de Cambridge, quien colecciona este tipo de diseños de la firma británica -los mismos que conectan con las tendencias de las décadas de 1930 y 1940- en otros colores como el verde botella o el lavanda.
Su color más versátil
Pero son el verde y el azul los matices preferidos de Kate Middleton, por lo que en su última cita volvió a recurrir a la tonalidad fría sabiendo que sería todo un acierto. De hecho, viendo su último look, es imposible no pensar en su encuentro con el presidente de Ucrania y su esposa. Para esa cita en el Palacio de Buckingham apostó por un diseño prácticamente idéntico a excepción de la sombra azulada, ligeramente más clara. Aunque no es amiga de grandes riesgos estilísticos, la Duquesa sabe que con esas elecciones pisa sobre seguro, ya que le aseguran revalidar su puesto entre las royals más elegantes.
La clave para el monocolor: los zapatos
La elección de complementos también fue significativa. Aunque Kate suele recurrir a los matices empolvados cuando se trata de apostar por los zapatos de tacón (y es que esta elección suma centímetros de altura al mismo tiempo que se coordina con todas las tonalidades de la paleta), al igual que otras mujeres de la realeza como doña Letizia, Máxima de Holanda o Rania de Jordania. Pero en esta ocasión se alejó de los clásicos stilettos nude o negros -color con el que combinó la prenda en 2019, como se ve sobre estas línea-, optando por un modelo en azul que hiciera juego con el vestido. Una elección con la que dio en la diana, ya que las mezclas monocromáticas reciben el visto bueno de todas las expertas en estilo.