Al igual que Kate Middleton, Máxima de Holanda es conocida por reciclar las prendas de su armario a lo largo de los años. Lo que significa que nos regala ideas sobre cómo lucir, en diferentes eventos, una misma camisa, vestido o pantalones. Eso no quiere decir que se limite a hacer una copia de la mezcla que llevó la última vez. Derrochando imaginación, algo habitual en sus mezclas, recurre a su extensa colección de complementos para darle un aire totalmente distinto a las prendas. De hecho, su último look, el que ha lucido este jueves, es el ejemplo más reciente de su estrategia de estilo. La reina de los Países Bajos visitó las instalaciones de TechnoHUB en Woerden con un veraniego vestido naranja que nos resultaba muy familiar. Y es que se trata de un diseño que ya ha llevado en varias ocasiones acompañado de tocados florales. Un complemento de invitada que evitó dándole un aspecto muy distinto ideal para una cita a media tarde.
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Aunque hay mujeres de la realeza que le tienen prohibido el acceso al naranja a su vestidor (como es el caso de Kate Middleton y Meghan Markle) por considerar que es un color que no sienta especialmente bien en fotos, a Máxima le encanta. Es más, teniendo en cuenta que hace tan solo unas semanas también lo lució en un veraniego conjunto de dos piezas, parece que la reina de Holanda se ha decidido a convertir el cítrico en su apuesta segura para los meses más cálidos del año. Y es que además de darle color al rostro (o en otras palabras, se necesita menos maquillaje para el 'efecto buena cara' con los matices más vivos), el diseño resulta especialmente favorecedor.
Complementos color block
Por un lado, al no llevar mangas, los hombros y los brazos se convierten en el centro de atención, así como la cintura, hábilmente marcada con un cinturón en el mismo tejido que da paso a la falda corola en esta obra de Natan, uno de sus diseñadores de cabecera. Con un largo poco por encima de las rodillas, invita a combinar la creación con tacones empolvados o sandalias que estilicen todavía más la silueta. Un truco que ella misma llevó a cabo añadiendo unas sandalias marrones, una pulsera que imitaba la piel de un reptil y un bolso de mano. Tres accesorios que daban una pincelada tribal a la composición.
La invitada perfecta
Para averiguar cuándo llevó Máxima ese vestido, tenemos que remontarnos a 2013. Fue en septiembre de aquel año cuando estrenó su diseño anaranjado en la inauguración del curso universitario. Y, como se puede ver en la imagen sobre estas líneas, convirtió la tonalidad cítrica en la más elegante del armario al combinar su little orange dress con un tocado a tono. Como toque final, los salones empolvados hicieron que la mezcla se adaptara mejor al entretiempo, no como la de esta ocasión que tiene un sesgo más veraniego al ser un calzado abierto. No fue hasta cinco años después que la reina de los Países Bajos volvió a encontrar una buena ocasión para lucir su vestido, en concreto en su gira por la caribeña Curazao, donde lo combinó con un tocado marrón, bolso a juego e incluso guantes.
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