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La pasada noche, los duques de Cambridge acudieron a una representación especial del musical Dear Evan Hansen en el Noël Coward Theatre en el área urbana West End de Londres. Para la ocasión, Kate Middleton se decantó por un look marcado por la elegancia en el que rescataba sus tacones de purpurina que recuerdan a los zapatos de la Cenicienta por su poder transformador y brillo, y los acompaña de un nuevo vestido de tweed con detalles-joya y largo midi. La duquesa se convirtió así en la pura imagen de la sofisticación de esta velada.
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Su nuevo vestido pertenece a la firma Eponine London, de la que ya ha vestido en anteriores ocasiones. En este acto, estrena un diseño camisero de tweed, con manga francesa, falda plisada en largo midi y botones-joya. Su color negro ayuda a que su elección sea discreta, a la par que elegante. Un acierto con el que vuelve a demostrar su gusto también por la moda más clásica.
Es en la forma de combinarlo cómo moderniza y potencia su elección británica, pero con exquisito clasicismo francés. Juegan a su favor su clutch y sus zapatos, ambos coordinados y de purpurina, con lo que brillan y crean un llamativo contraste en el estilismo.
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Para la ocasión, estrena un clutch de purpurina en plata y azul marino con efecto degradé. Se trata del modelo Ellipse de Jimmy Choo (750 euros). Se coordina a la perfección con sus zapatos de tacón, pues recrean el mismo acabado y son el mismo color; además, pertenecen a la misma firma (modelo Romy, 550 euros). Un complemento con el que transforma sus looks de fiesta al más puro estilo Cenicienta y que estrenó sobre la alfombra roja de los Premios BAFTA de 2019. Posteriormente, los recuperaría en junio durante la gala Addiction Awareness Week en Londres.
También recuperados son sus pendientes, unas piezas que pertenecen al joyero real de Isabel II. Con forma de candelabro y con diamantes, los ha llevado en múltiples ocasiones, siendo durante una cena de gala en su visita a Los Ángeles de 2011 la primera vez que los cogió prestados.