Apenas unas horas después de asistir al Congreso de Clausura de la Conmemoración del 50 aniversario del Parque Nacional de Doñana y visitar la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en Almonte, el rey Felipe y doña Letizia han puesto rumbo al citado parque para realizar un recorrido por sus instalaciones. Una cita que requería de un vestuario más informal y desenfadado. Si esta mañana la Reina ha sorprendido añadiendo un nuevo vestido de lunares a su colección, un modelo de Emporio Armani en color blanco con efecto de lunares negros en 3D, falda plisada y mangas 3/4 con detalle de volantes, por la tarde la royal ha recurrido a un estilismo mucho más cómodo en base a dos prendas clave: la camisa blanca y los pantalones vaqueros.
Doña Letizia ha confiado en la fórmula de estilo que tanto éxito tuvo la pasada temporada y que sigue reafirmándose con el paso del tiempo: el total look blanco. Para conseguirlo, ha combinado unos pantalones vaqueros de talle alto y corte recto con una camisa blanca de tejido fluido que ha lucido remangada y por dentro del pantalón. Un truco con el que conseguía marcar cintura y afinar considerablemente su silueta. La línea de los pantalones, rectos, tobilleros y altos, así como la continuidad de color entre ambas prendas potenciaban este efecto. La Reina ha completado el conjunto con unos botines de tacón medio en color camel y su accesorio favorito, el anillo de Karen Hallam que le regalaron sus hijas y siempre suele llevar en el dedo índice.
Como estilismo de belleza, Letizia ha seguido una línea similar y ha apostado por la sencillez llevando el cabello suelto, con volumen y ondas que caían sobre sus hombros y peinado con la raya a un lado. El maquillaje, con base ligera, labios nude con acabado de brillo y mejillas muy sutilmente coloreadas en tonos tierra, ponía el foco de atención en sus ojos, marcados con un delineador negro y máscara de pesatañas.
A medida que ha ido cayendo la tarde y las temperaturas han disminuido, doña Letizia ha añadido a su conjunto una prenda de abrigo cuyo diseño se encuentra a medio camino entre una americana y una chaqueta militar. Confeccionada en un tejido vaquero de color verde, mantiene la línea clásica con solapas y corte recto de la blazer pero añade otros detalles como los botones dorados que, junto a la tonalidad del modelo, recuerdan a las chaquetas militares. Una prenda que mantiene las tonalidades tierra de su estilismo, perfectamente coordinado con el de don Felipe.