Han pasado más de 22 años desde el fatal accidente que acabó con su vida, pero Diana de Gales es y siempre será una figura inolvidable. El legado de la que fuera mujer de Carlos de Inglaterra sigue muy presente, como no podía ser de otra manera, en sus hijos, los príncipes Harry y Guillermo, que no dudan en homenajearla y hablar de ella cada vez que pueden. El furor por la recordada princesa es tal -incluso en generaciones de lo más diferentes- que la cuarta temporada de The Crown se ha convertido en una de las más esperadas. La aclamada serie comienza con la boda de la reina Isabel y el duque de Edimburgo, y, conforme van avanzando los episodios, llegamos a ver nacer a sus cuatro hijos e incluso a que aparezca por primera vez Camila Shand, actual duquesa de Cornualles. Sin embargo, no será hasta la nueva tanda de capítulos cuando veremos por fin a la princesa Diana. Actualmente está en pleno rodaje, pero las fotografías que han trascendido de estas jornadas nos han permitido descubrir varios de los fabulosos looks que Emma Corrin llevará para meterse en su piel. El último de ellos ha sido una versión de su look Elvis, cuya historia es casi tan fascinante como el propio diseño.
A pesar de que es conocido como el vestido Elvis, en realidad se trata más bien de un conjunto compuesto por un diseño largo de escote recto y silueta columna con abertura en la falda que está acompañado de una chaqueta bolero de manga francesa a juego, bautizada en honor al 'Rey del rock' debido a la forma de su marcadísimo cuello chimenea. Está firmado por Catherine Walker, la que fuera su firma preferida, así como una de las favoritas de su nuera Kate Middleton. Además de su atrevido patrón, una auténtica revolución en un armario real en la década de los 80, destaca por su tejido, puesto que está confeccionado en una tela blanca fluida y cuajada de perlas de distintos tamaños que otorgan una estética totalmente diferente y reconocible. Este look se ha convertido en uno de los más característicos de la princesa de Gales, aunque parece ser que a ella no le encantaba tanto como al resto del mundo.
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Tina Brown, autora de la biografía Las crónicas de Diana, explica en este libro que ella misma reconoció que en los años 80 tuvo tantos aciertos estilísticos como errores al intentar encontrar ese complicado punto intermedio entre tendencia y la elegancia propia de una royal. Al parecer, al hacer limpieza de su armario en los 90 para donar algunos de sus looks a una subasta benéfica, la Princesa admitió que aquel famoso diseño de perlas era uno de los que no le convencía, y fue ella la que lo bautizó como Elvis. La periodista recrea incluso la conversación que ambas tuvieron acerca del look, en la cual Diana le dijo: "¿Te acuerdas de ese Catherine Walker con todas las aplicaciones? La gente en Inglaterra ya no lleva ese tipo de ropa". Tampoco le entusiasmaba al príncipe Guillermo, quien dijo que "era demasiado feo como para venderlo". Sin embargo, para Brown, así como para miles de personas en todo el mundo, aquella elección fue y sigue siendo todo un acierto.
Curiosamente, la diseñadora que ideó esta creación no tuvo en mente en ningún momento en Elvis Presley como inspiración, sino que fue la Princesa la que le puso el sobrenombre como hoy en día se conoce a la pieza, tal y como explicó hace unos años Said Cyrus, viudo de Catherine Walker, quien trabajó con su mujer mano a mano y lleva al frente de la firma desde que ella falleciera en 2010 a causa de un cáncer. La idea original se basaba en que tuviera inspiración asiática, ya que se lo llevó a una visita de Estado a Hong Kong a finales de 1989. "Queríamos crear algo que representara a la vez a Oriente y a su estatus como princesa británica. Escogimos las perlas y la inspiración del cuello viene de los vestidos de la corte Isabelina". En aquella visita a la antigua colonia británica, aportó un aire majestuoso al sumarle su adorada tiara Lover's Knot, una pieza creada en diamantes y perlas para la reina Mary en 1913 por la casa de joyería Garrard. Tras su fallecimiento, la heredó su nieta, Isabel II, quien se la otorgó a Diana de Gales como regalo de bodas. Por el contrario, para asistir a los British Fashion Awards de aquel mismo año, lució este conjunto con joyas mucho más minimalistas y unas sencillas bailarinas blancas que aportaban una estética más fresca y apropiada para la ocasión.
Finalmente, el vestido sí que se llegó a subastar en un lote junto a otros de la misma época, y lo adquirió la empresa The Franklin Mint, que más tarde puso a la venta una muñeca de Diana vistiendo su versión 'mini' con todo lujo de detalle. Posteriormente, se donó al museo Victoria&Albert de Londres, donde está expuesto actualmente al lado de otras famosas prendas de su mundialmente popular armario, por lo que, a pesar de que a ella no terminara de convencerle, está claro que ha pasado a la historia.
Aunque la que fuera esposa de Carlos de Inglaterra afirmaba no encontrarse especialmente cómoda con este icónico conjunto, lo cierto es que llevó varios similares, y The Crown se atreve a versionar uno de ellos en su nueva temporada. Cuenta con el mismo tipo de bolero bordado con aplicaciones brillantes sobre un vestido a juego, aunque algo más discreto, puesto que la zona de la falda no agrega ornamentos, por lo que recuerda también al que llevó en 1988 durante su visita de Estado a Francia.
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