Estos días todas las miradas de los amantes de la moda están puestas en París, y es que la ciudad de la luz acoge los desfiles de Alta Costura mediante los cuales las firmas más relevantes del sector presentan sus propuestas más espectaculares y elaboradas. No resulta extraño, por lo tanto, que numerosos rostros conocidos asistan a estas presentaciones. En esta edición está resultando especialmente significativa la presencia de royals en estos front rows, y es que tanto las británicas Lady Amelia Windsor y Kitty Spencer como las monegascas Alejandra de Hannover y su madre, Carolina de Mónaco, han acudido a alguno de ellos. Como no podía ser de otra manera, la hija de Grace Kelly ha viajado hasta la capital francesa para descubrir lo nuevo de la casa Chanel.
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Desde el año pasado, la joven Alejandra está cobrando cada vez más protagonismo en las Fashion Weeks, y es que ha seguido los pasos de su hermana Carlota Casiraghi y su prima Pauline Ducruet, dos grandes seguidoras de las últimas tendencias. El lunes fue en solitario al desfile de Dior, donde compartió asiento con actrices como Uma Thurman y Monica Bellucci, y ayer acudió acompañada de su madre al show de Chanel. Es de sobra conocida la especial relación de la Princesa con la maison francesa, y, a pesar del fallecimiento de su gran amigo Karl Lagerfeld, ha querido seguir apoyándola con su siempre mediática presencia.
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Para la cita, Carolina ha querido darle un giro a la elegancia atemporal de Chanel y ha logrado un look muy cañero combinando de una forma poco habitual una prenda tan clásica como la falda de tweed. Se ha decantado por un modelo midi en tonos dorados con botonadura frontal y abertura en el bajo, que lleva con jersey de cuello cisne negro y múltiples collares de perlas, el ornamento más característico de la marca. Para aportar el toque moderno, ha rematado con unas seductoras botas de taconazo con efecto segunda piel que recuerdan a las que tiene doña Letizia, y se ha protegido del frío con una chaqueta de cuero.
Por su parte, Alejandra de Hannover ha preferido apostar por una opción más clásica pero igualmente acertada. Ha escogido un vestido-chaqueta confeccionado en tweed de tono arena, una favorecedora prenda que incorpora cinturón ancho del mismo tejido. Lo ha combinado con dos de los accesorios icónicos de la firma, botas bicolores con puntera a contraste y bolso beis acolchado.