El Festival Internacional de Circo de Monte-Carlo se ha convertido en una de las citas ineludibles para la familia real monegasca. Sin embargo, este año en la inauguración de su 44ª edición ha habido una invitada que ha deslumbrando frente al resto de presente, Pauline Ducruet. La hija mayor de Estefanía de Mónaco marcó la diferencia con una fashion attitude que demostró como aunar elegancia y detalles a la última moda en un mismo look. Gana así un improvisado duelo de estilo con su madre, junto a la que apareció mano a mano en este evento al que no faltaron, entre otros, el príncipe Alberto y Louis Ducruet y esposa, Marie Chevallier.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Para esta cita circense, Pauline Ducruet eligió la siempre acertada combinación del color blanco y negro. Sin embargo, lejos de resultar clásica, demuestra su lado más innovador al decantarse por un falso vestido largo (pues está formado por dos piezas) en el que se disponen ambas tonalidades en un estampado rayado. Por un lado, lleva blusa tipo body de seda y lycra con escote en V y románticas mangas abullonadas (560 euros). Por otro, la combina con falda asimétrica en gasa plissé soleil y seda, estampada en rayas y motivos florales (800 euros). Ambos diseños pertenecen a la colección Resort 2020 de la diseñadora colombiana Silvia Tcherassi.
Pauline Ducruet busca una complementación de su look muy refinada y sin estridencias. Como calzado, se decanta por unos salones clásicos en color negro, de Christian Louboutin, que se coordinan con un clutch al tono y cristales de Swarovski, de la firma brasileña Serpui. También made in Brasil son sus pendientes de plata bañada en oro de 18 quilates y con forma de remolino, de Bia Daidone (267 euros).
Marcando también la diferencia, Pauline decidió evitar llevar abrigo oscuro, como sí hicieron el resto de invitados. Esta fue la apuesta que definió la imagen de su madre, Estefania de Mónaco, a su llegada. Posteriormente, se desprendería de esta prenda para mostrar un estilismo definido por la alternativa perfecta a un vestido de fiesta, un mono. En poderoso color rojo, es un modelo con pernera ancha y escote asimétrico que dejaba al descubierto uno de sus hombros.