El presidente y la primera dama de Estados Unidos han pasado la Navidad en Florida. Allí durante Nochebuena, participaron en una misa en una Iglesia baptista en el downtown de West Palm Beach, para posteriormente reunirse en una cena en familia en su residencia de Mar-a-Lago. Para estos compromisos, Melania Trump buscó la discreción con un look en color negro que, sin embargo, conseguía evitar la sobriedad a través de detalles con truco que potenciaban su elección.
El primer truco que acompaña a Melania Trump es un estudiado juego de combinaciones de prendas que generan un efecto de falso vestido. A primera vista, parece que la primera dama de Estados Unidos ha optado por la siempre acertada elección de un LBD (Little Black Dress). Sin embargo, no es así, pues define su imagen con la coordinación de un top sin mangas de Dolce & Gabbana y falda ajustada de Hervé Pierre. Este último diseño se acompaña de un estratégico patrón muy estilizador que se ciñe a las caderas, pero recupera vuelo en un bajo con corte evasé y línea asimétrica.
Lejos de perder protagonismo ante la silueta fit de esta falda, su top consigue captar la mayor atención en su look. Lo logra gracias a un bordado de cristales en el cuello que simula ser un falso collar. Con ello, Melania Trump consigue evitar llevar piezas de joyería extra y sigue el ejemplo de algunas royals, como Máxima de Holanda, que han impactado con creaciones que se acompañaban de aplicaciones adheridas con efecto joya. La Primera Dama culminó su estilismo con unos salones de altísimo tacón en color negro, de Christian Louboutin.