Hoy es una de esas fechas señaladas en el calendario para los duques de Sussex, que celebran el segundo aniversario de su compromiso matrimonial. El 27 de noviembre de 2017, la Casa Real británica emitía un comunicado oficial anunciando la noticia, y unas horas más tarde el príncipe Harry y Meghan Markle posaban ante los medios en el Jardín Blanco del Palacio de Kensington, inaugurado en memoria de la princesa Diana. Para este momento tan especial, la ahora Duquesa escogía un sencillo look que ya se ha convertido en uno de los más icónicos de su armario.
Meghan se mantuvo fiel a su estilo minimalista con un conjunto en el que el absoluto protagonista era un favorecedor abrigo de lana blanca tipo batín, de líneas depuradas y cinturón incorporado para entallar la silueta que define a la perfección su estilo, puesto que en estos años ha lucido varios de corte muy similar. Se trataba de una pieza perteneciente a la firma canadiense Line que tuvo tanto éxito -llegó a colapsar la página web durante horas- que decidieron renombralo en su honor. Originalmente, se llamaba Mara, pero, después de que ella lo luciera lo bautizaron como Meghan.
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Este modelo está considerado como el que inició el conocido 'efecto Meghan'. Es cierto que antes de ese momento la pareja del príncipe Harry ya había despertado mucho interés en cuestiones de moda, pero, sin duda, la desmesurada acogida del diseño marcó un antes y un después. De hecho, tras 24 meses este abrigo sigue estando muy presente para la marca, que hace apenas unas semanas compartía la imagen de una modelo llevándolo con el sencillo y directo pie de foto 'Meghan'. A pesar de que este hecho dio a conocer la empresa a nivel mundial, todavía no cuentan con tienda propia, pero ellos mismos han confirmado que el diseño continúa vendiéndose a través de sus canales habituales, almacenes multimarca y diversas plataformas online, tanto en blanco como en negro, verde, rosa o fucsia. Está valorado en 799 dólares canadienses (unos 525 euros aproximadamente) y, a juzgar por las pocas tallas disponibles que quedan en portales como The Outnet, sigue siendo un éxito de ventas.
Meghan decidió combinarlo con un vestido verde botella de silueta recta con lazada en la cintura perteneciente a la colección otoño-invierno 2017/2018 de Parosh, que recuperó hace un par de meses. Remató con unos salones en tono nude de Aquazzura, el modelo Matilda, que cuenta con alto tacón fino y cintas al tobillo.
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