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Un día especial para los Grimaldi, quienes se han reunido este martes por el Día Nacional de Mónaco. En la celebración de este año, donde no ha faltado la familia al completo -con la única ausencia de Carlota Casiraghi y su marido-, los actos en el patio del Palacio han tenido unos inesperados rivales a la hora de hacerse con el protagonismo, los más pequeños de la casa. Y es que los príncipes Jacques y Gabriella, los hijos de Charlene y Alberto de Mónaco -que cumplirán 5 años en diciembre-, se han convertido en el centro de las miradas de una fiesta que lleva haciéndose desde 1949. Y ya que se trata de la ocasión que conmemora el país, los mellizos han rendido su particular homenaje a través del armario, luciendo la vestimenta oficial. Uno de ellos, en concreto, iba prácticamente idéntico a su padre ¡y el parecido es impresionante!
Es muy habitual ver a los hermanos vestidos con las prendas tradicionales del país, como ya pasó en septiembre de 2018 cuando se presentaron con el típico traje del Principado en el pícnic que organiza el Ayuntamiento cada año. En esta ocasión, los pequeños también quisieron llevar una de las vestimentas que forman parte de su cultura, la de los Carabiniers du Prince. Fue Jacques quien lució un uniforme a medida de esta unidad militar que trabaja en el Palacio de los Príncipes de Mónaco y que fue fundada en 1817.
Algunos de los elementos del uniforme de invierno -el de verano es de color blanco, el color que escogió su madre para la ocasión- aparecían en el traje azul marino del pequeño, como unos puños rojos o los botones plateados. Con la diferencia de que llevaba cordones trenzados en la manga izquierda que se enganchaban en uno de los botones delanteros, algo que hacía el conjunto más formal. Otros detalles como las coronas bordadas en el cuello o el hecho de prescindir del tradicional casco, -también azulado y que acompaña esta mezcla-, convirtieron el dos piezas del hijo de Alberto de Mónaco en algo único.
Por su parte, Gabriella también llevó un look de los mismos colores de la vestimenta tradicional, rojo y azul marino, con los característicos puños a contraste y los botones plateados. A diferencia de su hermano, añadió una simpática boina roja que hacía juego con la prenda que llevaba por debajo del abrigo. Y es que la hija de Alberto y Charlene de Mónaco llevaba un vestido rojo de manga corta, con un detalle en el cuello que iba plisado sobre sí mismo. Un diseño muy divertido y perfecto para no desentonar en la fiesta nacional al llevar las tonalidades del país.
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