Si hay una royal que cuenta con una estética totalmente reconocible, esa es, sin duda, la reina Isabel II. A sus 93 años, la soberana lleva más de seis décadas construyendo una marcada imagen personal en la que las prendas de corte clásico pero con colores llamativos son las absolutas protagonistas. Siempre con sombrero a juego y bolso negro estilo fifties, su look es totalmente inconfundible, y guarda numerosas anécdotas tras él. Angela Kelly, su estilista desde hace 25 años, publica ahora un nuevo libro desvelando varias de estas confidencias de la Reina, del que HELLO! adelanta en exclusiva un extracto. Gracias a él hemos conocido, por ejemplo, que se maquilla ella misma todos los días excepto uno, pero no es la única curiosidad que se ha desvelado.
Angela, que se unió a la Casa Real en 1994, ha querido rememorar en este escrito varios de los momentos más especiales que ha vivido junto a la Reina hasta la fecha, y, de paso, ha hablado sobre algunos de los mitos difundidos sobre su vestidor, como el de que tiene a alguien que 'doma' sus zapatos. "Sí, usa un aflojador de zapatos. Y sí, soy yo" sentencia, explicando que tienen la misma talla y que, debido al poco tiempo libre que tiene la monarca, es más fácil organizarse así. Otra de las grandes incógnitas era dónde almacena su ropa, y, tal y como desvela la estilista, es todo mucho más modesto de lo que parece, puesto que tiene tan solo un vestidor junto a su dormitorio y el baño, únicas estancias que utiliza además de la sala de estar.
¿Cómo se crean las piezas a medida para las grandes ocasiones? Como cuenta Angela, cualquier inspiración es buena, empezando por las propias telas. A la Reina le gusta apoyar la industria de los países que visita, y siente especial predilección por los materiales de Singapur hasta el punto de que, si tiene poco tiempo, son los comerciantes los que llevan sus puestos al aeropuerto para que los pueda apreciar de cerca. Como no podía ser de otra manera, las flores tienen también una gran importancia en su vestuario: sus vivos colores inspiran muchas veces los conjuntos hasta el punto de que se coordinan con los sombreros, vestidos y abrigos. Por lo tanto, Angela acude con regularidad a la sección de plantas artificiales de viveros y grandes almacenes en busca de ideas.
Aunque la lista de momentos junto a Isabel II es innumerable, admite sentir una emoción especial cada año en el acto de apertura del Parlamento, cita en la que siempre lleva un estilismo especialmente señalado y coronado por una de las grandes joyas de la Casa Real: la majestuosa corona imperial. "Estamos solas en la casa Robing (...) guardamos silencio y seriedad, concentrándonos mucho. Cuando le coloco la capa sobre los hombros, ella quita la corona de su cojín y la levanta sobre siu cabeza. La magnificiencia de ese momento me quita la respiración". En cuanto a la citada capa -el manto de Estado-, otro de los elementos más fabulosos de su armario, son necesarias varias sillas para sostenerla durante las pruebas de vestuario.
Además de historias pasadas, El otro lado de la corona también adelanta futuros cambios en la ropa de la Reina, y es que se ha revelado que a partir de ahora no encargará ninguna prenda ni complemento que lleven piel. Todo irá confeccionado con materiales sintéticos, aunque aclara que no se deshará de las piezas que ya tiene ni dejará de utilizarlas, sino que simplemente no adquirirá nuevas hechas con estos materiales, un gesto que ha sido aplaudido por numerosas organizaciones animalistas.