Mary de Dinamarca cambia de estrategia en Tokio y se viste de novia

Tras dos favorecedores vestidos con capa en la capital nipona, sorprende con un potente look gracias a un diseño de moda nupcial

por Luis Javier Merino

Cónclave de royals en Tokio con motivo de la subida al trono del emperador Naruhito de Japón y su esposa, la emperatriz Masako. De entre ellas y sin olvidar las sublimes apuestas de doña Letizia, una de las invitadas más elegantes y más aplaudidas en tan señalada fecha fue Mary de Dinamarca. La esposa del príncipe Federico apostó tanto para la ceremonia de entronización como para la cena de gala posterior por dos vestidos similares en la tendencia más impactante que gusta a la realeza, los diseños con capa. Esta noche en un cóctel con motivo de este histórico acontecimiento, hemos podido ver en la capital nipona como la princesa volvía a triunfar. Sin embargo, y para no repetir, se ha decantado por otro estilo favorecedor, pero diferente: una creación nupcial.

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Y lejos de buscar un diseño inspirado en una apuesta nupcial, se ha decantado por uno precisamente destinado en su origen para vestir a aquellas que se disponen dar el sí, quiero. Concretamente, se trata de una propuesta de Maria Fekih, firma danesa que está especializada en vestidos "minimalistas y sofisticados" para una "novia moderna, con propuestas artesanales y elaboradas en Dinamarca con telas únicas y lujosas", tal y como señalan en su presentación.

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El diseño que lleva está bautizado con el nombre de Esther y está valorado en 2.650 euros. Confeccionado en lana y seda, es un modelo midi muy chic que se inspira en la elegante línea New Look de la década de los años 40. En escote y hombros, presenta un favorecedor tul con lunares de glitter dorado, que generan un efecto muy romántico y festivo a la creación.

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Para romper el aire nupcial del diseño, Mary de Dinamarca acompañó su imagen de un fajín. Un accesorio que, no obstante, logra adaptar a la perfección, pues optó por un modelo que se coordinaba con el tul con lunares de glitter dorado que adornaba la parte superior del vestido. Como joyas, buscó la coordinado con pendientes de oro y diamantes, de Rebecca Notkin.

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Para la ceremonia de entronización de Naruhito de Japón en el Palacio Imperial, Mary de Dinamarca llevó un vestido en color azulado de Valentino que presentaba un acabado en capa. En la cena de gala posterior, repetía diseño similar y casi el mismo color, pero esta vez con un detalle más sublime al acompañarse la capa de un rico bordado de lentejuelas.

Así es Mary de Dinamarca, la francesa que enamoró y devolvió la sonrisa al príncipe Joaquín