Duelo 'royal' en Japón: del vestido-capa a los tocados más fascinantes

Al detalle, los estilismo de Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca y otras 'royals' invitadas a la entronización de Naruhito

Por Mara Mariño
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Más de dos mil invitados han sido testigos de cómo Naruhito se ha convertido en el nuevo emperador de Japón. Entre ellos, la realeza europea no ha faltado a la cita histórica. Al Salón de Estado del Palacio Imperial se han unido a la ceremonia desde Carlos de Inglaterra, representando a su madre la reina Isabel II, hasta Felipe VI o doña Letizia, quien lució un sublime look floral. Aunque se distanció de otras invitadas por este estampado, no ha sido la única en poner el toque de tendencia en el acto. Otras representantes de la realeza como Mary de Dinamarca, Matilde de Bélgica, Máxima de Holanda o Victoria de Suecia también han apostado por diseños de gala elegantes que ponían muy difícil escoger a la royal mejor vestida de la entronización. Sin embargo, un modelo se ha adelantado colocándose en el puesto vencedor: el vestido-capa, la elección de dos de las invitadas que es también un fenómeno nupcial. Y como complemento estrella, fascinantes tocados.

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Una fusión entre las culturas de ambos países fue por la que optó Matilde de Bélgica, ya que escogió un look monocolor minimalista hecho a medida por Armani Privé con un tocado redondeado, la clase de diseños (salvando las distancias) que lucen las mujeres de la Familia Real japonesa cuando se trata de acudir a actos en los que la etiqueta es más estricta. Su vestido, en rosa empolvado, llevaba una capa lisa a juego que llegaba hasta los pies. No faltaron complementos como guantes a juego, un bolso a tono o incluso pendientes de la misma tonalidad, detalles que sincronizaron por completo su elección.

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Fue Mary de Dinamarca la otra invitada en elegir un diseño de Valentino de estas características con sutiles diferencias. Si la reina de Bélgica había escogido un modelo de capa superpuesta, la de la Princesa se integraba con el modelo al abrirse justo debajo de los hombros. Consciente de que el azul es un color que favorece especialmente a las castañas, fue el matiz por el que optó la mujer del príncipe Federico añadiendo también un tocado a contraste en granate -al igual que la cartera de mano- con una flor a juego con el resto del look.

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No defraudó quien es una de las mujeres de la realeza más atrevidas. Máxima de Holanda volvió a dar en el clavo con su original vestido en azul grisáceo de Natan. Un modelo con transparencias que llevaba flores bordadas a contraste y que forma parte de su 'fondo de armario' de gala, ya que lo lució por última vez en 2017. Para culminar la personalidad primaveral de su estilismo, añadió un tocado XL a tono con una flor y detalles birdcage o de rejilla de Fabienne Delvigne. Como hiciera Matilde de Bélgica, la reina de los holandeses también añadió guantes como toque final y un bolso de mano cubierto de brillo.

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Fue quizás la propuesta más inspirada en la pasarela la de Victoria de Suecia, que apostó por un look azul marino liso con detalles morados. El color que ha inspirado a Salvatore Ferragamo o Christian Siriano esta temporada fue el que llevó con su vestido de manga larga y ceñido a la cintura, un modelo que le estilizada especialmente la figura al seguir la forma de su cadera cayendo luego con efecto 'cola de sirena'. Sus complementos también fueron los más alternativos, ya que agregó un original tocado y los guantes en malva.