Noche de fiesta para la realeza belga. Felipe y Matilde de Bélgica se encuentran esta semana de visita oficial en Luxemburgo. Para cerrar su segundo día de actos, acudieron a un evento por todo lo alto, un concierto ofrecido por la Orquesta Filarmónica del país. Para este tipo de citas, en las que la etiqueta es de las más sofisticadas, es habitual que las mujeres opten por vestidos largos hasta el suelo y recogidos, dos requisitos que la reina de los belgas siguió a la perfección con su look. Si hace menos de 24 horas dejó un estilismo para el recuerdo en su primera jornada -con su vestido de gala en la cena organizada en el palacio Gran Ducal-, este miércoles volvió a impresionar con un diseño que, por mucho que apoyara la moda de su país, recordó a uno de los modelos más icónicos de otra royal conocida por su estilo, Meghan Markle.
Aquella obra, de manga francesa y falda hasta los pies, estaba realizada en tul bordado, un tejido que se multiplicaba en la falda para conseguir una falda con forma. El detalle más característico fueron las lentejuelas grises con forma de filigrana que se cruzaban unas sobre otras formando un patrón que, conforme se acercaba a los extremos, se difuminaba, lo que daba lugar al efecto 'falso escote Bardot'. También hacia la altura de la rodilla las paillettes desaparecían dejando el protagonismo a la tela inferior en color claro. Como toque final añadió unos stilettos en gris topo con detalles de plexiglás y un bolso de mano rígido de incrustaciones negras. Una pulsera y pendientes XL pusieron el punto extra de brillo rematando la combinación de fiesta más glitter de la reina de Bélgica.
Al ver el vestido a dos colores con el detalle a contraste, resulta imposible no pensar en el que lució Meghan Markle a finales de octubre en Sídney, ya que acudió a la entrega de premios Australian Geographic Society con un diseño de gala de Oscar de la Renta muy similar. El look de inspiración bailarina estaba cubierto de bordados negros con forma de pájaros, que se disolvían en un efecto degradado, justo como el diseño de la reina de Bélgica. Una obra que la duquesa de Sussex combinó con unos zapatos de Aquazzura negros también a juego con el estampado.
Pero no solo el vestido de Matilde de Bélgica tenía referencias a la monarquía británica, por su parecido con aquella obra de alta costura que lució Meghan Markle hace un año. También se puede encontrar otra conexión con la corona holandesa al tratarse una obra de Natan. Y es que por mucho que la firma sea belga, se ha convertido en la marca de referencia de Máxima de Holanda, quien recurre a sus diseños para todo tipo de eventos, lo que ha ayudado a que actualmente sea conocida a nivel mundial.