Los Premios Princesa de Asturias de este año no podrían ser más especiales para la princesa Leonor, quien, a pocas horas de dar su primer discurso -al igual que hizo su padre en 1981- fue junto a su familia, una de las encargadas en presidir el Concierto previo a la jornada de los galardones. Días antes de la jornada, tanto la hija mayor de los Reyes de España como su hermana, la infanta Sofía, habían calentado motores en el Día de la Hispanidad con unos looks combinados con sorpresa, un cambio de imagen que no pasó desapercibido. Por tanto, la gran pregunta es si para la fecha, la hija mayor de Felipe VI y doña Letizia sorprenderá, lo que sabremos en menos de 24 horas. Antes de ese momento y para el recibimiento que tuvo lugar en la plaza de la catedral de la capital del Principado, hemos podido ver una gran novedad, su costumbre de coordinarse comienza a quedarse atrás. En este acto han empezado a dejar salir su gusto personal en diferentes detalles de sus estilismos.
El gran debut de la Princesa de Asturias de mañana marca el comienzo de una etapa en la que participará cada vez más en los actos oficiales. La elección estilística para los actos relacionados con el gran momento estuvo menos marcada por los consejos de su madre. Si hasta ahora la princesa Leonor apostaba por el azul, el color que reserva para las citas más relevantes -una especie de tradición de que es la opción más infalible en estos casos- para la bienvenida al Principado, llevó un vestido blanco recto de cuello redondeado, una pieza que actuó a modo de lienzo con la prenda que usó como superposición. Y es que según va creciendo, su estilo va evolucionando hacia estéticas minimalistas con líneas rectas y acabados monocolor muy pulidos.
Su última combinación, la de este jueves, ya se ha convertido en uno de sus looks más originales, ya que apostó por un abrigo de verano multicolor, pieza imprescindible en el armario de las royals británicas, de estampado espiga. La prenda con franjas en azul, rojo y amarillo, de diferentes tamaños, equilibraba a la perfección el modelo liso y minimalista que llevaba por debajo. Como toque final, escogió su calzado predilecto para los actos oficiales, un par de bailarinas empolvadas.
Por otro lado, la infanta Sofía, dejó que el protagonismo se lo llevara su hermana. Si la hija mayor de los Reyes lució el abrigo multicolor, la pequeña de la familia optó por un diseño naranja de manga larga y falda con forma de 'A'. Un vestido de la misma tonalidad que uno de los detalles del estampado de la princesa de Asturias, por lo que sus combinaciones tenían una lejana conexión. El broche de la mezcla fue compartido, ya que también recurrió a las manoletinas en color nude, con una diferencia, el centímetro de tacón que ya utilizó en la Fiesta Nacional. Es precisamente ese detalle el que distingue el vestidor de la Infanta, quien va marcando una senda de estilo más atrevida.
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