El 12 de octubre es una fecha especialmente simbólica para doña Letizia, cuyos estilismos se convierten también en protagonistas indirectos de la jornada dedicada a la Fiesta Nacional. Este sábado, acompañada de su marido, el rey Felipe VI y sus hijas, su nuevo look ya forma parte de su armario del Día de la Hispanidad, y también está firmado por Felipe Varela, su diseñador de cabecera para el evento. Haciendo historia, 2019 será recordado como el año en el que ha apostado por romper con la tradición con una mezcla de pura tendencia en rosa pastel, una tonalidad que hasta ahora no había escogido para este día y que firmas como Stella McCartney o Rodarte han escogido para la nueva temporada. Su diseño de estreno, con transparencias y bordados en tul, de estética bailarina, ha conseguido alargar, en una jornada otoñal, la personalidad femenina y enérgica de la primavera.
Los colores fríos como el azul, lila, gris o verde, han acompañado durante años a la reina de España en esta fecha. Una elección estilística que aseguraba que no fuera su look el que se convirtiera en el centro de las miradas, pero estando a la altura de las expectativas con estilismos elegantes. Sin embargo, siempre dispuesta a sorprender, ha preferido desafiarse a sí misma con su look más rompedor. Inspirado en los trajes de bailarina, el vaporoso modelo llevaba las mangas transparentes y cuello Peter Pan.
En cuanto al largo, parece que el midi, o el corte que va justo por encima de la rodilla, son los dos predilectos de doña Letizia, quien sabe que se tratan de dos de las anchuras más sofisticadas. Su creación vaporosa también contaba con el corte intermedio, lo que, unido al patrón ceñido al talle, potenciaba su figura de una manera muy distinguida. Sin duda, el plato fuerte de la obra, eran los bordados que, con forma de mariposas o panal, decoraban el vestido a modo de estampado, rematando con puntillas en las mangas o en la falda evasé.
Respecto a los accesorios, era habitual en otras fechas de la misma celebración, que doña Letizia apostara por stilettos a juego con las prendas, algo a lo que también ha recurrido en esta ocasión con unos zapatos empolvados semiabiertos de Steve Madden. Crear looks monocolor no solo es una apuesta que escogen otras mujeres de la realeza como Rania de Jordania o primeras damas como Juliana Awada, sino al mismo tiempo una mezcla que consigue sumar unos centímetros de altura, por lo que es especialmente favorecedora.
La Reina quiso sorprender con otros complementos como los pendientes, a tono con el resto del diseño y en tamaño XL. Un toque final muy singular que pertenece a doña Sofía, quien habría rescatado ese par de su joyero para ponerle la guinda a la combinación de su nuera. Aunque el detalle más inesperado fue el bolso de mano en color rosa chicle de Magrit. Una tonalidad que se escapaba de la gama empolvada que doña Letizia había escogido para su look oficial pero que sumaba puntos de estilo a la combinación siendo además el elemento diferenciador. Además, el moño alto fue el toque final de la composición que remató el estilismo con reminiscencias al ballet.