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¡Tercer look del día! Los duques de Sussex se encuentran en medio de un agitado viaje oficial por África, una gira en la que estarán inmersos durante cerca de 2 semanas y a la cual se han llevado a su hijo, el pequeño Archie Harrison. Tan solo en las últimas horas han acudido a 5 actos oficiales en los cuales Meghan Markle se ha cambiado 3 veces de ropa, adaptándose a las circunstancias requeridas. Esta mañana llevaba un conjunto en clave casual protagonizado por una sencilla cazadora vaquera, al mediodía lucía un nuevo vestido camisero acompañado del protocolario velo para visitar una mezquita y ahora ha optado por un diseño largo para acudir a una recepción en la Oficina del Alto Comisionado Británico. Tanto estas elecciones como las de ayer tienen un punto en común, y es su discreción (y más de un reciclaje), por lo que no sería extraño que la Duquesa estuviera utilizando sus estilismos para mandar un potente mensaje.
En esta última cita del día, Meghan ha recuperado uno de los modelos que estrenó hace justo un año, durante su tour por Oceanía, que tuvo lugar cuando estaba embarazada de apenas unas semanas. Se trata de una creación larga en tono verde caqui decorada con rayas verticales blancas y marrones de distintos grosores que se ciñe bajo pecho y en la cadera, de la que parte una larga falda de vuelo. Está firmada por Martin Grant, la casa francesa a la que también pertenece la gabardina que se ha convertido en su imprescindible para entretiempo, y, a pesar de que actualmente está agotada, tenía un precio inicial de 1.222 euros.
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Aunque el día de su estreno Meghan combinó este vestido con sus alpargatas españolas, esta vez ha querido otorgarle una estética más formal y adecuada para un acto de tarde al sumarle unos stilettos clásicos de tacón fino. Ha prescindido de bolso o grandes joyas, abogando de nuevo por el minimalismo que parece haberse establecido como característica principal de sus conjuntos en África. Además, también es remarcable el hecho de que haya recuperado dos vestidos antiguos en las últimas horas, puesto que, al contrario que otras royals como doña Letizia, Máxima de Holanda o Mary de Dinamarca, la duquesa de Sussex no suele repetir tanto la ropa. De los seis looks que ha llevado en estas primeras 48 horas de gira, 2 han sido reciclados y los otros 4, compuestos mediante prendas básicas que pasaban desapercibidas.
No resultaría extraño que Meghan esté apostando conscientemente por estos conjuntos que pasan desapercibidos (o al menos, mucho más que otras de sus elecciones anteriores) para cederle todo el protagonismo a la causa, es decir, para poner el foco enlas asociaciones a las que quieren dar voz. Como ella misma ha explicado, se siente especialmente implicada con las actividades que están realizando en este viaje, por lo que no sería raro que quisiera evitar grandes titulares sobre sus nuevos diseños. De hecho, está intentando llevar joyas totalmente discretas y ni siquiera luce su anillo de compromiso para evitar resultar ostentosa.
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