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Tras su breve paso por Nueva York, un viaje en solitario que realizó para apoyar a su amiga Serena Williams en una importante final de tenis, Meghan Markle ha vuelto a retomar la agenda real reincorporándose oficialmente al trabajo. Este jueves acudía al lanzamiento de la colección Smart Works en Londres en el que ha sido uno de los pasos más especiales de su vida. Y es que la mujer del príncipe Harry, especialmente volcada en las causas solidarias, ha querido contribuir con una de sus pasiones, la moda, diseñando una colección cápsula cuya venta irá destinada a la ONG con el mismo nombre, una asociación que se encarga de ayudar a las mujeres en situación de exclusión. Para la cita, siguiendo la estética de inspiración working girl, la duquesa de Sussex apostó por exprimir dos básicos para crear un look que puede servir de perfecta inspiración para cualquier jornada de trabajo.
La idea de Meghan era crear prendas fáciles de combinar entre sí, justo como las dos que ha lucido para el evento, que forman parte de la selección que estará a la venta en John Lewis, Marks & Spencer, Misha Nonoo y Jigsaw. Y es que una camisa blanca -en su caso, de Misha Nonoo, con un precio de 140 euros- es una pieza con infinitas vidas y que funciona también si se conjunta con faldas. Así mismo, el pantalón negro de pinzas, firmado por Jigsaw (134 euros), es un elemento que resiste como ninguno al paso del tiempo. Puede funcionar tanto con un top sin mangas, durante los meses de buen tiempo, como con una blazer o un jersey en invierno. Además, la silueta atemporal de su combinación es capaz de sobrevivir con éxito al paso de las tendencias, ya que no hay nada como invertir en unos buenos básicos del armario que duren toda la vida.
Pero Meghan supo conseguir que la mezcla bicolor no pecara de demasiado sencilla. Los complementos, elementos diferenciadores en cualquier estilismo, tuvieron su momento de gloria también en su look. Para rematarlo, añadió un estrecho cinturón marrón que lograba marcar su talle, probando que ha recuperado la figura después del embarazo, y stilettos a tono. Otros detalles como las pulseras o las mangas remangadas, personalizaban la combinación de la duquesa de Sussex, quien se llevó el power dressing, tan característico de la oficina, a su terreno.
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