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Después de acudir a la confirmación de Ingrid de Noruega el sábado pasado, acto en el que protagonizó un duelo de invitadas perfectas junto a Victoria de Suecia, Mary de Dinamarca regresó a Copenhague para continuar con su agenda oficial. En las últimas horas, la princesa ha asistido una vez más a la gala anual de la Fundación Carlsberg, en la que ha sido la encargada de entregar los galardones que reconocen la labor de distintos profesionales del sector de las ciencias naturales y humanas. Para la ocasión, ha escogido un sofisticado look totalmente acertado que evoca a uno de los vestidos más icónicos de Julia Roberts.
La mujer de Federico de Dinamarca optó por recurrir a uno de los trucos de estilo preferidos de las expertas en moda: los conjuntos de dos piezas que parecen vestidos. Este tipo de combinaciones, además de ser totalmente favorecedoras, ya que alargan visualmente la silueta, resultan muy prácticas porque generan numerosas posiblidades y aumentan la versatilidad de tu vestidor. Concretamente, Mary ha escogido un elegante top fluido de escote halter decorado con un lazo en la espalda que ha combinado con falda larga ligeramente plisada que añadía una hilera de botones en la parte frontal. Actualmente el conjunto, perteneciente a la firma Diane Von Furstenberg, está agotado, pero hasta hace unas semanas se encontraba a la venta por un precio total de 718 euros (239 el top y 479 la falda).
Ambas prendas estaban confeccionadas en el mismo tejido de seda en tono caramelo con pequeños lunares blancos, una combinación de tonos y estampado que recuerda inevitablemente al famoso vestido que Julia Roberts lució en Pretty Woman y que ha sido inspiración para numerosos diseñadores desde el estreno de la película hace 29 años. Al igual que el personaje de Vivian Ward, la princesa danesa completa su look con un cinturón para enmarcar su silueta y potenciar sus curvas, aunque ella escoge una pieza más fina. Remata con sandalias doradas de tacón alto, bolso de mano tipo sobre en amarillo y maxipendientes dorados de pedrería, lo que aporta una imagen más actual y de tendencia que la que se muestra en la película.
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En Pretty Woman, Julia Roberts protagoniza uno de los cambios de look más famosos del cine, y, además del impresionante diseño rojo con el que su alter ego acude a la ópera, sin duda la prenda que ha pasado a formar parte de la historia de la moda ha sido el vestido de lunares con canotier a juego con el que construye su estilismo más sofisticado. Por lo tanto, no resulta extraño que tanto actrices como modelos e incluso royals hayan sucumbido a él.
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