Con más de dos años ejerciendo como primera dama de Francia, Brigitte Macron ha sabido, en poco tiempo, definir su gusto personal de una manera muy característica. Sabe cuáles son las anchuras que le favorecen y ha hecho de ellas sus imprescindibles del vestidor, como es el caso de los vestidos rectos por encima de la rodilla. Esta prenda de media manga y líneas sencillas es la estrella indiscutible de su armario durante los meses de buen tiempo -una de las últimas veces que la lució fue en su encuentro con Mary de Dinamarca-, por lo que la tiene en un sinfín de colores diferentes. Sin embargo, este jueves, durante el recibimiento del primer ministro griego en el Palacio del Elíseo, la mujer de Emmanuel Macron optó por innovar, siempre a su manera, dándole una sorpresa a los fans de su estilo y añadiendo el único color que faltaba en su colección de shift dresses, nombre que recibe este patrón, el nude. De este modo, su segunda aparición pública tras las vacaciones da a entender que Macron está dispuesta a enfrentarse al nuevo curso no solo manteniendo su romance con la moda y las tendencias, sino además innovando.
Si hay otras primeras damas cuyo estilo es más ecléctico, Brigitte huye de mezclas y combinaciones de colores o estampados haciendo de la estética clásica su mejor baza. Es por ello que los vestidos rectos ocupan un lugar destacado en el armario. Son una pieza sencilla de color liso que, con los accesorios adecuados, solucionan cualquier tipo de cita. Es precisamente en la mezcla de tonalidades entre esta ropa y el calzado cuando la mujer del presidente de Francia deja volar su creatividad creando mezclas color block o, como hizo este jueves, jugándoselo todo al monocolor, una estrategia con la que dio en el clavo y que puso también en práctica con la visita de Melania Trump.
Al conjuntar su diseño empolvado con unos stilettos en la misma gama cromática, aunque algo más saturados, pudo beneficiarse de centímetros extra, al menos visualmente, ya que recurrir a este tipo de zapatos alarga la silueta. Pero, ¿por qué habría decidido ahora recurrir a los marrones para su look? O bien por tendencia -Marc Jacobs, Burberry o Dior son algunas firmas que han apostado con fuera por el nude en la pasarela- o para resaltar su bronceado, el que ha conseguido después de unos días en el Fuerte de Brégançon.
Como toques finales, Brigitte Macron lució su característico bob con flequillo, un peinado que es sello de su gusto personal. También apostó por un maquillaje sencillo, ya que, al tratarse de un recibimiento diurno, podía permitirse crear un look de belleza más informal. La primera dama se limitó a enmarcar su mirada con un delineado negro, consiguiendo que los ojos fueran los protagonistas, y acompañó el sombreado de impacto con un labial nude, ligeramente más oscuro que su vestido, que lograba ese efecto natural incluso estando maquillada.