La boda de Elie Saab Jr. se ha convertido en el evento más comentado del fin de semana. Y no es para menos. El enlace del hijo mayor del diseñador libanés ha sido una celebración de tres días por la que han desfilado rostros tan conocidos como el de Sara Sampaio, que se ha convertido en la invitada perfecta con un look de minivestido y zapatos planos, Caroline Daur o Karolina Kurkova. Tratándose de un evento de esa magnitud no era de extrañar que todos los ojos estuviesen puestos en la novia, más especialmente cuando el evento estaba ligado al nombre de un diseñador como Elie Saab. Pero Christina Mourad supo estar a la altura. La novia cautivó a todos los invitados con el conjunto de mono palazzo y capa bordada que lució en su fiesta pre-boda y superó todas las expectativas con su impresionante vestido de novia repleto de pedrería y su segundo vestido de novia.
Después de tres diseños tan impresionantes, parecía complicado que la ya mujer de Elie Saab Jr. pudiera superarse a sí misma, pero Christina demostró que, en cuestiones de moda, tiene un gusto digno de la familia a la que se acaba de unir. Para poner fin a tres días de celebración, anoche ofrecieron un brunch en la casa del diseñador que se alargó hasta la puesta de sol, y Christina tuvo una nueva oportunidad para deslumbrar. La novia escogió un vestido en un tono verde aguamarina muy suave y un tejido muy ligero con drapeados, que envolvía su cuerpo como si de un traje griego se tratase, creando un escote asimétrico y aberturas en la cintura y en la falda. Para completar el look, unas sandalias de plataforma en el mismo tono que el vestido y como único motivo decorativo, una flor plateada en el hombro.
El diseño pertenece a la colección de Alta Costura para la temporada de primavera-verano 2019 de Elie Saab que recordaba inevitablemente al vestido de invitada que escogió Claudine Saab, mujer del diseñador y madre del novio. La esposa de Elie Saab lució un vestido largo con escote bardot, talle marcado gracias a un cinturón dorado y abertura en la falda hasta la altura del muslo, en un tono azul pastel muy similar al vestido de Claudine, que combinó con unas sandalias de plataforma y un bolso de mano en el mismo color.
Además de las similitudes entre el color y el corte de los vestidos, así como la elección de complementos, el peinado de ambas también era muy parecido: pelo suelto con un semi recogido hacia atrás para despejar el rostro. Sin embargo, para evitar coincidir con su nuera, para la última celebración Claudine Saab escogió un minivestido coral de manga larga con cuello redondo, ajustado al talle con un cinturón y con un gran volante que caía desde la cintura hasta el suelo, un diseño que distaba más del look de Christine. En cualquier caso, la coincidencia de ambos looks demuestra que en la familia Saab el estilo y el buen gusto se reparten a raudales.