Nada como un buen partido de tenis y un gran look para presumir de sintonía con la familia. Eso mismo ha debido pensar estos días la duquesa de Cambridge. Y es que, si el sábado la royal británica coincidía en las gradas de Wimbledon con Meghan Markle, en una cita donde la complicidad que hay entre ambas quedaba patente (contrariamente a lo que apuntaban varios medios, desde hace unos meses) gracias a risas y cariñosas miradas, este domingo, la esposa del príncipe Guillermo ha vuelto a aprovechar su visita al torneo para dejar clara la armonía que reina en su matrimonio. ¿La mejor forma de hacerlo? Elegir un vestido muy especial que refleje la compenetración que existe con su esposo, tras ocho años de matrimonio.
Aunque parezca que sus looks son fruto de decisiones aleatorias, lo cierto es que la duquesa de Cambridge nunca elige al azar los diseños que lleva en sus apariciones públicas. Ya sea gracias a nuevas propuestas, repeticiones o transformaciones de modelos pasados, los estilismos de la royal británica esconden siempre pequeños detalles cargados de grandes mensajes que no escapan a ojos de sus seguidores. Si hace una semana, la esposa del príncipe Guillermo dedicaba un bonito homenaje a Diana de Gales al llevar en el bautizo de su sobrino Archie unos pendientes de perlas suyos, este domingo, otro elemento de su vestidor ha estado cargado de simbolismo. Mientras que el sábado por la tarde, la Duquesa acudía al tenis junto a su cuñada, la duquesa de Sussex, con un favorecedor vestido verde de botones dorados y lazada en el cuello, de Dolce & Gabbana, un día después, con motivo de la final masculina de Wimbledon, la Duquesa ha optado un diseño muy diferente en un bonito color azul cielo.
¿El motivo de su elección? Decantarse por un look coordinado con su esposo para acallar cualquier rumor de crisis. A su llegada a All England Club, la Duquesa ha mostrado un elegante vestido midi, de cuerpo ajustado y falda de vuelo, con manga farol corta, escote recto y pinzas en el pecho, de Emilia Wickstead; un diseño al que ha incluido un lazo morado en el pecho, y que ha llevado con unas sandalias casual (alejadas de sus clásicos stilettos) y un bolso de mano con bordados. Un estilismo que ha llamado la atención al ir perfectamente coordinado con la propuesta del príncipe Guillermo. Y es que, para su visita al tenis, el nieto de Isabel II ha optado por un pantalón azul marino, una chaqueta gris jaspeada, una camisa azul cielo y una corbata a juego. Resultado: una salida en pareja llena de sintonía y complicidad.